Capítulo Dos

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Recuerdo que era de estatura media, tenía el cabello castaño muy corto y sus ojos cafés me miraban con curiosidad. Era batante guapo, incluso con aquellas pecas esparcidas por toda su cara

—¿Por qué no puedo?—pregunté atrayendo su atención. Le había pedido, o más bien, había sobornado a mi enfermera para que me ayudará a sentarme en mi silla y así poder escapar de aquella blanca habitación durante unos minutos sin que mis padre me vieran. Necesitaba respirar, y a pesar de lo que los doctores dijeran necesitaba desconectarme un poco de todo lo que me rodeaba.

—Pues, porque está es un área restringida—dijo casualmente, pero yo sabía que mentía. Tal vez la verdadera razón por la que quería que me fuera era que él también necesitaba estar solo —además por tu apariencia intuyo que no tienes permitido salir de tu habitación ¿Me equivoco?—él me había atrapado totalmente—mi nombre es Daniel ¿Cómo te llamas?

—¿Por qué debería decirte? Tal vez si lo hago sólo le dirás a mi doctor o mis padres y eso me impediría volver a escapar.

—Cierto pero prometo que si me dices tu nombre no le diré nada a nadie y este será nuestro secreto.

—No quiero correr riesgos—dije con serenidad—doctor Daniel fue un placer conocerle pero me temo que me debo ir antes de que alguien más me vea.

—No me dirás tu nombre ¿verdad?

—Si quieres saberlo, entonces averígualo—fue lo último que dije para poner en marcha mi silla, dispuesta a no ver a aquel doctor nunca más. Pero lo que yo no sabía era que ese iba a ser, tan sólo, el primero de nuestros encuentros.

Una eterna sonrisa [Sonrisas Parte III] [Cristiana]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora