Hogar dulce Hogar

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Era un tarde muy agradable en Hillwood donde muchos niños disfrutaban del calor en una salida al parque o andar en bicicleta aprovechando la poca tarea o deberes en casa. Un par de amigos andaban por las calles de las ya muy pintorescas casas.
- olvídalo Arnold necesitarás una nueva - dijo Gerald mirando como su amigo trataba de pegar el mango de su bat roto.
- no sé cómo ocurrió esto Gerald.
- yo si, es una de las marcas registradas del madero peligroso de Arnold.
- Gerald hablas como si le hubiera hecho daño a alguien fue un accidente.
- claro, si con accidente dices a la nueva dirección que tuvo que tomar ese auto.
- tu crees que debía hacer algo?
- oh vamos Arni deja de ser un adulto y comportarme como un niño que hace una que otra travesura de vez en cuando.
- bueno de todos modos necesitaré otro bat.
- especialmente en el juego del domingo, no puedo esperar a ver cómo pruebas tus nuevos ataques a la nariz de Wolfgang con tu madera peligroso.
- Gerald!!
- ya amigo primero lo primero, dinero, crees tener lo suficiente?
- no, pero tal vez mis padres podrían ayudarme - lo dijo con una sonrisa muy grande entrando a la casa de huespedes junto con Gerald, después de esquivar todos los animales.
- esos fraudulentos solo me robaron con esta instalación - el abuelo se encontraba arriba de una silla para revisar los cables de la luz del pasillo.
- abuelo necesitas ayuda!?.
- no, Arnold no es lo que tú crees solo estoy aquí tratando de arreglar los cables de la luz no por que me halla cansado de esta vida soy muy viejo como para rendirme ahora.
- claro que no hablaba de eso abuelo.
- vaya Phill parece que tiene problemas.
- solo es un pequeño desperfecto comparado con la casa y no me llames Phill.
- abuelo, y mamá y papá?
- ah fueron a buscar trabajo no deben de tardar y más por que deben hacer la comida.
- vamos mis compatriotas cabalguemos hacia la victoria gija.. dijo la abuela encima de una escoba corriendo hacia la cocina.
- aah está casa no durará mucho.
- tu lo dijiste abuelo hace mucho que la electricidad se fue y necesito probar un nuevo taladro.
- necesito leer mi nuevo recetario y hace mucho frío como para salir.
- oiga abuelo ya va a empezar mi novela y aún no funciona mi televisión.
- ahora sí Arnold ayudame tal vez los cables sean suficientes para acabar con esto de una vez- Arnold solo miró a su abuelo con los ojos entre cerrados.
De repente entraron dos personas.
- vaya pero qué día - sus padres se encontraron atrás.
- mamá papá ya llegaron.
- Arnold ya estás aquí! - ambos padres empezaron a apapachar a su hijo.
- buenas tardes señores Shortman.
- oh pero si es Gerald.
- lo siento hijo no quisimos avergonzarte.
- no hay problema eh visto a Arnold en situaciones más vergonzosas.
- Gerald!!
- me alegra que estés aquí, espero que te quedes a cenar.
- necesitas ayuda papá - pregunto Miles.
- si pero primero me gustaría que se encarguen de la vieja loca que anda recorriendo la casa.
- mamá, papá lograron encontrar trabajo?
- mm... No tuvimos suerte hijo
- al parecer los tiempos cambian ya nada es igual.
- si parece que la fama que tuvimos al regresar se desvaneció.
- de eso estoy feliz, pero hay mucha escasez de empleo seguiremos buscando mañana.
- pero lograron muchas cosas en especial en San Lorenzo.
- si pero es una ciudad oculta preferimos que se quede así.
- no hay por qué apresurarse, la casa es vieja pero es suficiente para acoger a nuestra familia - dijo el abuelo abrazando de costado a su hijo.
- gracias papá.
- ahora encárgate de los fusibles la conexión de cable y la calefacción.
- yo me haré cargo de la comida, por qué no van a jugar mientras tanto niños.
Arnold veía preocupado a sus padres pero aún así se fue con Gerald a su habitación.
- que te ocurre amigo?
- no, no es nada Gerald estoy bien.
- vamos viejo puedo reconocer esa mirada aún si tuvieras una máscara- Gerald se echo en su sofá mientras Arnold solo se sentó en su cama.
- es que aveces me preguntó si mis padres piensan regresar a la jungla tal vez su vida era más sencilla ahí.
- sencilla? Tal vez tengas razón dormir por nueve años debe ponerte las cosas sencillas.
- sabes a lo que me refiero, no se tal vez quieran volver a tener aventuras.
- vamos Arni no te partas la cabeza con eso tus padres volvieron y se los ve muy felices, acaso no es suficiente?
- si tienes razón - aunque aún no estaba del todo convencido.

Hey Arnold.... continuaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora