Hoy era el turno de Valentine para hacerle su chequeo rutinario de la mañana a Daisy y abrirle la compuerta para pasarla a la piscina grande; a pesar de que la doctora Valentine y yo trabajamos juntos en su investigación y pasamos casi la misma cantidad de tiempo con ella, siempre que ambas están solas o con tan solo con que Daisy sienta su presencia es que se ve y se comporta un poco más agresiva, como si estuviera protegiendo algo, es una marcada diferencia debido a que conmigo siempre se encuentra apacible y tranquila. Eso me hace creer que quizás en la naturaleza Daisy sería algún tipo de hembra dominante o que la sociedad a la que ella está adaptada es más matriarcal, tal y como lo hacen las sociedades de las ballenas asesinas con la diferencia de que si fuera como la de una ballena asesina, el rencor quizás sería conmigo por ser un macho. Quiero creer que no trata a Paula con aquel odio porque sea mala, sino porque sea su naturaleza. Sea como sea, es eso lo que le ha traído días de hambre por parte de la doctora Valentine.
Hoy, Daisy ha cruzado una línea por sobre la cual no puedo defenderla.
Cuando estaba llegando al laboratorio, la doctora Valentine estaba siendo atendida por paramédicos a las afueras del edificio por una mordida en su tobillo que según el informe que descubrí luego, estuvo a poco o nada de desgarrarle el tendón de Aquiles. Claro que cuando yo llegué al interior del edificio, Daisy ya estaba castigada de regreso en su tanque de metal; se le quitó su privilegio de la piscina grande. Esa clase de castigos de verdad que son raros por aquí; siempre se les estimula a que se defiendan para que jamás olviden sus instintos y en algún punto regresarlos al mar con la posibilidad de que puedan sobrevivir ahí sin la ayuda humana. Quizás por ser la nueva es que han decidido tomar esa decisión.
Valentine cuenta la historia echándole toda la culpa a Daisy y pintándola ante los guardias y los médicos como la peor criatura con la que hubiera tenido que trabajar. "Un animal salvaje sin posibilidad de cambiar" es como la llama.
El resto del día no pude hacer más que asegurarme de que por lo menos se le diera algo de comer, hacerle su monitoreó desde la cabina, hacer mis anotaciones en caso de que descubriera algo interesante o hubiera alguna variación y verla desde las cámaras dando vueltas en su cubículo de metal por debajo del agua.
El lado positivo es, que como mencioné, el tanque de metal está lleno de sensores de todo tipo, y algunos datos como los ritmos de su corazón solo se pueden conseguir cuando está ahí con el monitor cardiaco. El sonido de su corazón no es muy fuerte como pensaría; más bien es como el de un mamífero pequeño, y aunque no puedo saber físicamente como es hasta que me autorizaran hacerle una resonancia o quizás rayos X, solo puedo decir que el único sitio en donde había escuchado latidos similares, era en mi propio pecho y en el de cualquier humano que hubiera. Cada día me sorprendo y me da más curiosidad saber qué tanto más podemos parecernos.
ESTÁS LEYENDO
Tormenta de Ojos Negros
General FictionSiempre habia vivido acariciando aquel mundo tan intrigante compañero de la tierra. He dedicado mi vida a intentar entender sus misterios y a todos aquellos que viven ahí, y pensé que ya nada podia sorprenderme. Y en ese momento llegó a mi una notic...