°18 de febrero°

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Con el paso de pocos días el asunto de la doctora se fue enfriando poco a poco, pero desde el incidente había algo que revoloteaba en mi mente y no podía dejar que la relación sentimental que tuve con Valentine hace algún tiempo se interpusiera en mi trabajo. Hoy me di el momento de atenderlo.

El comportamiento errático que ella mencionaba de Daisy no me estaba dejando dormir ya que en los antecedentes no había nada que siquiera se le acercara o señales de que en algún momento podía actuar así; claro que yo sabía que había tensión entre ellas, pero jamás había llegado al punto de atacarse mutuamente. Mi instinto de científico decía que algo no estaba cuadrando y si algo me habían enseñado en la universidad es en confiar en ese pequeño punzón detrás de la cabeza que me decía cosas.

Debido a que se trataba del espécimen tratado principalmente por mi equipo, los guardias de seguridad me dieron el permiso de ver los videos de las cámaras del día del ataque, y usé la oportunidad que me daba el hecho de que la doctora estaba en casa recuperándose para hacerlo sin que me dijera algo.

Sí, en el video vi a Valentine acercándose por la orilla a quitar la cadena que separa la piscina grande del cubículo; seguramente ya había terminado de hacerle el monitoreo matutino de rutina desde la cabina. Pero había algo raro, tanto las cámaras como los sensores así como el movimiento del agua relataron que Daisy salió disparada de su cubículo de metal hasta el otro lado de la piscina; usualmente sale de manera tranquila nadando lento de un lado a otro, me hace pensar que de alguna manera sigue un poco dormida cuando abrimos la compuerta en las mañanas y me recuerda a mí cuando salgo de la cama y no he tomado mi taza de café.

Imaginaba cientos de cosas que pudieron haber pasado para que Daisy actuara de esa manera, pero ninguna se le acercó a lo que pasó de verdad.

Mientras caminaba de regreso a la cabina, Valentine se resbala ligeramente con el agua que Daisy chapotea de vez en cuando, dejando caer cerca de la piscina las llaves de la puerta y otros objetos que llevaba con ella. Al agacharse a recogerlos, Daisy casi da un salto para salir de la piscina, la toma de la pierna con los dientes y la arrastra al agua, sólo consiguiendo sumergir parte de su pierna antes de que pueda liberarse y salir cojeando del lugar.

En ese momento fue que lo comprendí. Había escuchado muchas veces como comenzaban a comportarse los animales que eran parte de esos espectáculos y propiedad de una empresa gigante, pero Daisy siendo más pequeña, pensé que actuaría diferente. Lo que en el momento no recordé, es que no solo los animales grandes reaccionan así sino que había casos de delfines atacando a sus entrenadores.

Daisy ha sido pacífica hasta ahora, solo mostrando agresividad con gente que antes la había lastimado como era el caso de Valentine, además de la mención de que en el video jamás se ve que haya dejado comida en la zona en donde se nos indicó desde el primer día. Quiero creer que solo ha sido eso, solo que en la universidad no te dicen que en el mar tengan el concepto de venganza.

Tormenta de Ojos NegrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora