Tres día habían pasado encerrados en departamento, en el que duro su celo, ambos estaba rendidos con sus cuerpos llenos de marcas, marcas que ambos se hicieron en el proceso de amarse.
Mmmm~ — Abriendo lentamente sus ojos, se encontraba un peli-verde, rascando sus ojos con los dedos de sus manos de manera suave — Wuaaa~ — Bostezaba mientras se estiraba un poco.
Joder que ruidoso eres Deku~ — El rubio lo tenía atrapado en sus brazos, desde su cintura — Duerme te otra ves~.
L-lo siento~ — Dijo sonrojado, disculpandose con el alfa rubio a su lado — Pero no es tan temprano y normalmente me despierto a esta hora, desayuno de manera liviana y... — El rubio lo beso para que así hiciera silencio .
Cállate de una ves pequeño hablador~ — Izuku se quedó estático — Que remedio, me levantaré a preparar el desayuno — Se puso de pie, el rubio se encontraba solo en ropa interior, un boxer negro que hacía resaltar su redondo tracero — ¿Que ves pequeño pervertido~? — Sonrió de lado, al ver qué le peli-verde tenía la mirada pegada a su tracero.
Na-nada, no veo nada~ — Dijo rojo cual tomate — ¿Ne-necesitas que te ayude a preparar el desayuno~? — Lo mira, sin hacer contacto visual directo .
No, podrías tomar un baño, te buscaré ropa que te quede, pero no creo que tenga una talla exacta para ti — Le decía tranquilo, mientras se deleitaba con la vista que le otorgaba el cuerpo del pecoso — Avísame si necesitas algo más, ¿Está bien? — Sonrió de lado, saliendo de la habitación satisfecho por la vista.
Izuku estaba en una crisis nerviosa, lleno de inseguridades, pero también estaba feliz y no se arrepentía de nada, ese alfa era un dios griego, inteligente, trabajador, desidido, con un cuerpo perfecto, aunque eso no importaba realmente, en fin.
Dios, esto es una locura, me deje marcar por un alfa codiciado por las chicas y por los chicos también, me siento especial y agradecido con el dios que sea que exista~ — Musmuraba, mientras que el rubio escuchaba del otro lado de la puerta, tenía una sonrisa llena de orgullo por el mismo — 💭 Debo bañarme ya, pensará que estoy haciendo algo raro — Pensó el pecoso y se encamino al baño de la habitación.
El alfa por otro lado, se alejo de la puerta dirigiendose a la cocina, se dispuso a preparar el desayuno para su Omega, se sentía bien decir esas dos palabras — Mí Omega~ — Murmuró.
Después de un rato en la ducha, Izuku sale con ropa del rubio, era más que notable que aquella ropa, le quedaba enorme — ¿Porque eres tan malditamente delgadito?, Debes de comer más, aunque estés muy lindo..., Tienes que comer — Dijo, borrando cada sucio pensamiento de su cabeza — Anda, siéntate en la mesa, ya está el desayuno servido — Izuku le hizo caso y se sentó en la mesa indicada.
¡Wuoo!, Se ve delicioso Kacchan — Y ahí estaba ese apodo, que por alguna razón no le molestaba, le recordaba a las noches anteriores, en donde gemia ese apodo.
Ajá..., Come ya o se enfriara — Se sentó de igual forma y comieron los dos juntos, en silencio, no en uno incómodo, sino en uno agradable.
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_Semanas después_
Ambos volvieron a sus rutinas diarias, Izuku era observado por todos y había algo en específico que llamaba la atención en el. Era aquella marca en su cuello, a pesar de tener un par de semanas, aún no sanaba del todo.