La lluvia del rey mono (cesar x hembra humana)

Capitulo 12

"Raine, sé que estás asustado. Ni siquiera puedo imaginar lo que has pasado estas últimas semanas", dijo Malcolm.

Fruncí el ceño. No, no podía. Cuando vine aquí por primera vez, había estado esperando y rezando para poder ver a los simios nuevamente. Que ya no pensaría que me estaba volviendo loco después de la primera vez que los vi, como si mi madre finalmente se hubiera vuelto loca debido a la esquizofrenia y la depresión. Y luego pasó de tener la esperanza de encontrarlos, a tener miedo porque me habían encontrado, y luego a tener miedo de perderlos.

Especialmente uno de ellos en particular.

"No soy yo el que está asustado aquí. Ustedes lo están". Traté de mantener mi voz tranquila e incluso cuando miré a Malcolm y Ellie desde mi posición sentada. "Y yo he estado allí. Este es un mundo completamente diferente. Y ustedes no tenían idea de lo que me había pasado".

Empecé a ponerme de pie, lentamente. César soltó un suave bufido de preocupación y le tendió la mano. Sin dudarlo, lo tomé. Me ayudó a ponerme de pie. Esta vez no hubo mareos.

"Sé que no entiendes por qué haría esto, pero como dije, no iré a ninguna parte. Esta es mi elección. Sé lo que estás pensando, pero no estoy prisionera. Quiero ser - estar-"

Casear levantó la mano para silenciarme. Fue entonces cuando lo escuché, un gran alboroto que venía de abajo. En cuanto me desperté y empecé a pensar con claridad, supe que era solo cuestión de tiempo antes de que César tuviera que enfrentarse a la música de traer más humanos a la colonia.

Parecía que se había acabado el tiempo.

Caesar y yo compartimos una mirada rápida. Soltó mi mano e hizo un gesto hacia Luca y los otros gorilas. Los tres pasaron a mi lado. Blue empezó a seguirlo.

"No, hijo", le dijo César.

Blue se detuvo. Pude ver la desesperación en su rostro. Por supuesto que querría ayudar a su papá.

Quédate con Raine y Ash.

La mirada de Casear se encontró una vez más con la mía. Pude ver el miedo en sus ojos color avellana. Me dio un suave apretón en el brazo, luego él y los demás se fueron.

"No saldría allí si fuera tú."

Malcolm había comenzado a seguirlos, pero se detuvo en seco ante mis palabras.

"Cuando pelean por ti, es mejor no dejar que te vean".

"¿Cómo sabes por qué están peleando?" Preguntó Ellie.

"Porque estás aquí."

Me dirigí hacia el balcón. Mientras lo hacía, escuché un rugido impío. Consígalos, nena. Aceleré mis pasos. Tuve que echar un vistazo. Mi compañero estaba tratando de defender a mis amigos, posiblemente incluso a mí también.

"Uh, espera, simplemente me dijiste que no hiciera eso", dijo Malcolm.

"Lo sé", respondí ansiosamente.

Llegué al borde y miré hacia abajo. De inmediato me asaltó una sensación de vértigo. Respiré hondo y cerré los ojos. ¿En qué diablos estaba pensando estando de pie tan pronto?