Como enamorar a Lan Sizhui

ᴀᴄᴏʜᴏʟ

Los Lan definitivamente no eran buenos tomando alcohol, de hecho eran pésimos. Tomaban actitudes raras cuando estaban ebrios.

Lan QiRen, se ponía a bailar y a desprenderse de algunas de sus prendas antes de que su esposo llegará y se lo llevará.

Lan XiChen, se ponía muy cariñoso, también se subía al techo y tocaba canciones con su flauta, la última vez tocó una rara canción que se llamaba el resentimiento... de algo, la habían escuchado en un poblado hace poco.

Lan WangJi, al principio se dormía y cuando despertaba se volvía muy travieso, rayando paredes, robando gallinas y pateando cadáveres con conciencia. Lo normal.

Lan JingYi, solo lo había visto tomar dos veces, y a lo que sabía se ponía jodidamente romántico y comenzaba a recitarle poemas a Zizhen.

¿Y Lan SiZhui? Bueno, a él jamás lo había visto ebrio, pero realmente le picaba la curiosidad por saber cómo era.

Hace semanas que intentaba hacer que él Lan tomara pero simplemente no lo lograba.

Su primer intento fue cambiar sus copas.

Todo parecía ir bien y el Lan parecía no darse cuenta del cambio,  pero justo cuando el Lan dirigía la estúpida copa a sus labios, ¡Un conejo blanco salto sobre el y tiro la copa! Lo más estúpido fue que juro ver cómo el conejo lo miraba con desprecio después de haber tirado la copa, como si supiera sus intenciones.

Su segundo intento no fue mejor. Para asegurarse de que realmente tomara, vacío toda una jarra de este en el té que era servido para los Lan, ¡Pero con un demonio! ¡Todos en esa puta reunión se embriagaron menos el Lan!

Pensó que tal vez el Lan tenía más resistencia que el resto, pero la realidad es que no había tomado de el dichoso té. Resulta que justo ese día, prefirió tomar solamente agua.

Después de unos intentos más, simplemente desistió.

¿Y en alguno de sus intentos le pregunto directamente? No. Si considero hacerlo, pero justo cuando estaba a punto de proponerlo presenció una escena que le dejo en claro que el Lan no tomaría por decisión propia.

Estaban en una casería a las afueras de Qinghe, cuando decidieron hacer una pequeña pausa en una posada, más que nada para comer.

Casualmente esa posada era la mejor del lugar, y era conocida por su excelente vino.

Así que sin esperar mucho, en cuanto los demás se sentaron listos para comer, el se acercó a la dueña para conseguir una jarra. Regresaba feliz con una jarra de alcohol en sus manos, y listo para ofrecerle al Lan, cuando su vista se poso en la mesa donde lo había dejado, y se quedó congelado en su lugar.

—Vamos gonzi, el vino de este lugar es el mejor. — hablo una joven dama, claramente interesada en beber con él. Si la jarra en manos de el Jin se quebro un poco, nadie lo noto.

—Lamento tener que rechazarla, joven dama, pero nosotros tenemos la regla de no tomar — sonrió con cortesía. La dama pareció desilusionada ante la negativa y por primera vez Jin Ling agradeció la existencia de esa estúpida regla.

Pero, eso ya no importa, había desistido de la idea después de muchos intentos de intentar embriagarlo.

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Se encontraban en una de las más aburridas reuniones de sectas. Cómo futuro líder de secta era su deber hacer presencia en estas aburridísima reuniones, pero por más que quisiera prestar atención, no hay nada interesante en escuchar al líder Yao quejarse de como las papas ahora costaban más que antes y eran más pequeñas, más que interesante, era demasiado para él.