Reencarné como una sandalia en un juego otome que odio

El deus ex machina(verdadero)

— Tú ganas, chico. Dime qué está sucediendo

Hemos ganado; con esto, hay mucho más crédito para nosotros. Las personas siguen haciendo alboroto por el dolor que experimentan. Agradezco desconocer hechizos, no sufro el efecto rebote.

¿Qué es el efecto rebote?

En el juego, sufres una penalización al exponerte a ataques AoE de enemigos que sobrepasan tu nivel. Simplemente, eres incapaz de utilizar magia por unos turnos, dependiendo de cuanto te sobrepase el rival. Acá, no sé cuan eficaz sea, pero considerando mi poco uso de magia, solamente mi posesión, no me ha afectado en nada.

Volviendo al asunto, ya que tengo de mi lado el poder de la consternación, debo sacarle el máximo provecho. Otros efectos a posteriori pueden cambiar de origen o ni siquiera expresarse. Si bien es cuestionable el hecho de cambiar ciertas cosas, mi presencia es suficiente para poder hacerlo.

Quiero volver a mi mundo, quiero sobrevivir.

Esperen, ¿estoy sintiendo sensaciones? Tal vez esto se deba a mi posesión de un cuerpo.

— Vamos adentro, mister. Necesitamos discutir ciertas cosas —lo presiono para aceptar, mientras más desconcertado se encuentre más beneficio y menos dudas.

— ¿No puede ser ahora?

Esta muy nervioso; es fácil sentir las emociones en mi posición. Ni siquiera considero que haya un espía o un soplón entre las personas cercanas. Bueno, no lo culpo. Tiene una gran oportunidad y, si no aprovecha hasta el último segundo, un gran riesgo.

— Bien, simplemente, como dije antes; la sede será atacada momentos después de esta perturbación.

— Tú, cada vez que hablas no hay duda en tus palabras; como si vieras el futuro. Siendo sincero, eres muy sospechoso.

Otra vez, vuelve la perspectiva intimidante.

Es un alivio que el grandulón vigilante no apareciese; caso contrario, dudo que siguiera libre.

— No puedes negar que sales ganando de este trato —intento desviar la atención con ciertas consignas.

Hey, Hiroto, no te quedes callado. ¿Ayúdame, quieres?

No te amilanes, es solo un subempleado de oficina; en tu ruta, diezmas a tipos como él en instantes.

— Y, ¿si es mentira? Nada me garantiza una coincidencia entre ambos sucesos

Por dios, es más paranoico de lo que parece. A primera vista, no lo era tanto. Su ansiedad sobrepasa mi capacidad. Supongo que es hora de usar la vieja confiable. Palabras, venid a mí.

— ¿Qué gano yo?; ¿Realmente piensa que soy alguien capaz de planear tantas cosas? Por mi vida, SOY UN SIMPLE DESAFILIADO DE ALGUNA RAMA A LO SUMO. Espera, ni siquiera tengo una insignia de seguridad ¿cómo podría ser un infiltrado experimentado? Un momento, algo más. ¿Cómo esta información puede ser dada a alguien sin importancia?, en un supuesto caso. Es estúpido, ¿VERDAD? Que nos queda, un donnadie ¡¡Un simple humano común y corriente!! Además, siguiendo su hilo argumentativo. ¿tengo necesidad de acercarme a ustedes? Teniendo taaaanto poder informativo en mis manos ¿Es en serio, señor Clemont? No es por subestimarlo, pero si usted fuese más influyente no estaría hastiado en una casilla de cuarta clase sin un apartado decente. No tendría que utilizar una camisa de cuarta ni tener un aspecto descuidado. Bueno, dejemos su look oficinista a un lado. Tengo una supuesta influencia para poder conocer esos hechos ¿debería perder mi tiempo aquí? Tal vez me ve cara de estúpido, pero no pienso tan bajo de mí. Podría beneficiarme de ello en proporciones bíblicas, ¿sabes? Venderlo a tus competidores; vender mayor desinformación; vender supersticiones en el mundo real, vender pánico entre la población, vender mis malas lenguas entre mercenarios. Vender, vender y vender. ¿No le suena muy prometedor y el negocio del siglo? Crear pequeños rumores de antemano; lucrar con la paranoia ante los mínimos vientos de cambios. Como puedes ver, siempre soy beneficiado, inconfundible e imposible de localizar. Ahora, deneguemos lo anterior, ¿Qué gano yo ayudándote? Espera, la pregunta sería ¿QUÉ GANAS TÚ?