Confusión

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Yacían acostados aún. Obito abrió sus ojos y lo primero que hizo fue esforzarse para despertar, sus ojos todavía los sentía pesados. Tomó su celular para ver la hora que marcaba. Las 9 PM. Ver al rubio dormido encima suyo le daba ternura y pena a la vez, ya que no quería despertarlo, se notaba demasiado cansado. Miró en su cuerpo y le causaba culpa al ver las marcas que le dejó por casi todo su cuerpo.-¿esta mierda la hice yo? no recordaba para nada lo que era el sexo, años de no tener.-pensó. Igual lo disfrutó mucho, eso sí, sentía que era otra persona en la cama. Un defecto notorio que posee Obito es que en su cabeza siempre hay negatividad y es capaz de arruinar momentos que debería considerar bellos. En este instante se preguntaba cómo le iba a explicar que es "Tobi" en realidad. No podría saber su reacción. Escenarios imaginarios sobre Deidara decepcionado y enojado, sólo eso pasaba por su mente. Llevó su mano a su cara y soltó unas cuantas lágrimas en silencio por unos minutos para no molestar al ángel que estaba sobre él. Ni el sexo le quitó el estrés al cuestionarse cómo le declararía este asunto. Hay culpabilidad en su mente por no ser honesto desde el principio, aunque no tenía otra opción.

Finalmente tomó valor y se paró con el menor ruido posible. Sinceramente prefería bañarse en su casa. Igual le causaba gracia que ambos todavía se encontraban completamente desnudos. Tomó sus boxers del piso y se los puso, al igual que sus pantalones, polera y sudadera. Se subió su capucha, procedió a dar un suave beso en la mejilla del dormido susurrando un "Hasta luego" acariciando su sedoso cabello rubio. Agarró su mochila con cosas y abrió la puerta para salir, interrumpió esto porque deseaba dejarle un detalle, dinero. En la mesa de luz puso 50 USD. Volvió a salir y pensó en mandarle un mensaje más rato explicándole por qué se fue sin despertarlo. Mientras bajaba a la puerta el recepcionista seguía mirándolo con odio, el de cicatriz pronunció entre dientes extrañado y sin mirarlo a la cara.-Tss, ¿te conozco acaso?- cerró la puerta con fuerza sin querer, sin embargo no le importó esto. Se quedó afuera esperando un autobús de regreso a su casa fumando un cigarro como de costumbre hasta que llegó. Dejó caer el cigarro a la mitad de acabarse y lo pisó con su zapatilla para rápidamente subirse al transporte público.

Por alguna extraña conexión, Deidara se despertó minutos más tarde. Se sentó en la cama a la vez que tallaba sus ojos con sus manos. Lo primero que pudo apreciar en su cuerpo eran las varias mordidas que su acompañante le dejó en un espejo que estaba en la habitación, vaya que es violento durante el acto. Esto no le molestó en lo absoluto, sin embargo le hubiera gustado despertar con él al lado, se desmotivó un poco y al mismo tiempo sentía disgusto hacia así mismo por no querer formar un apego emocional a Obito, de todas maneras era inevitable pensarlo constantemente, ahora más por el contacto físico que tuvieron hace unas horas. Intentaba negar rotundamente esta dependencia creando una pelea sobre su manera de percibir las cosas. Procedió a prender su celular y mirar la hora, 9:13 PM, ningún mensaje de Obito...Obito, amaba su nombre que al fin pudo conocer. No pudo aguantar y le escribió:

"hola bonito, no te vi al lado mio cuando desperte u.u💔"

Ya se estaba arrepintiendo de ese mensaje, quería borrarlo pero ya estaba hecho. Dejó de lado su celular y puso su mirada en la mesita de luz, se percató del dinero que se encontraba ahí.-¿Qué mierda? ¿Por qué me da esto si yo lo amo? ya no necesito su puto dinero.- tiró al suelo los billetes. Le pareció una broma de mal gusto lo que dio antes de marcharse, a tal punto de cerrar un poco sus puños y hacer un puchero. Según él iba a ser una cita, no un encuentro casual, se dió cuenta que desviaron las cosas para rebajarse a sólo sexo. Quizás solo lo estaba utilizando, apenas entendía sus sentimientos o confundió el asunto, que también es una opción. Debido al sobrepensar de Deidara le comenzó a doler su cabeza, a la vez que se sentía inseguro acerca de sus sentimientos hacia Obito. Soltó un largo suspiro y de mala gana tomó los billetes del suelo para guardarlos en un bolso que traía. Procedió a darse una rápida ducha y vestirse, sin sus medias de red rotas, por suerte trajo un peine. Se colocó frente al espejo mientras cepillaba su largo cabello. Tomó su delineador negro y se maquilló, ya que lo tenía corrido por la acción de unas horas atrás. Finalmete se echó un poco de perfume y salió de la habitación. Bajó, se encontró con el odioso recepcionista que todavía expresaba disgusto con su punzante mirada. Le llegó a dar miedo un poco ¿Por qué se comportaba así?. Caminó rápido para no lidiar con eso hasta llegar a la puerta y cerrarla. El mismo cuento que pasó con Obito.

Onlyfans | TobideiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora