Onlyfans | Tobidei

Recuerdos

El dibujo de la multimedia lo hice yo, así es Deidara.💥(me llamo e3di0t en ig)

Con esa navaja en su cuello lo único que hizo fue reír, pero no se sabía si de burla o por preferir no llorar. Sentía también como su cada vez su corazón latía más rápido y sobre su cuerpo corrían gotas de sudor. El sujeto que sostenía la navaja recién afilada casi haciendo contacto con el cuello del contrario no podía darse cuenta de la expresion que hizo Obito, una cara de tristeza, pero de cierta manera vacía.

—¿P-por qué?
—Porque quiero y porque puedo.—hizo una pausa por segundos acercando lentamente su cara a milímetros de su cuello:
—Me perteneces ¿sabías eso?.—se relamió sus labios por la delicia que estaba delante suyo.
—Supéralo, Kakashi.—Una lagríma cayó por su mejilla.—Por favor...—se arrepintió al instante por el comentario que acababa de hacer, lo consideró sumiso y estúpido, haría que Kakashi se sintiera superior.
—¿Y por qué tendría que hacerlo?
—YA NO ERES NADA PARA MÍ, DESDE HACE MUCHO.—al decir esto su voz casi rompía en llanto por los traumas que le dejó el peliblanco.
—Heh, me dueles, Obito, pero entiendes que en este preciso momento podría cortar tu yugular, ¿cierto?
—Sí y de maldito bastardo no lo haces.—mencionó fastidiado.
—Deberías estar agradecido.
—POR QUÉ MIERDA ESTARÍA AGRADECIDO CON ALGUIEN COMO TÚ.
—Te amo, si no te amara ya te hubiera matado.

Obito tomó el brazo de Kakashi que sostenía la navaja y se intentó safar, Kakashi agarró la muñeca del azabache con su otra mano libre logrando quitar el brazo del Uchiha de encima. Debido a la fuerza del contrario dejó un parte roja en el antebrazo del peliblanco.
—Ya dejaste tu marca sobre mí, algo es algo.—dijo seductoramente.
—Estás enfermo, no te quiero cerca mío.

Flashback

Después de una primera ronda de sexo en la habitación de Kakashi, Obito se encontraba con su cabeza acostada en el pecho de este en la cama para descansar por un rato. Revisó su celular y leyó el siguiente mensaje:

"hola obito n.n, estás ocupado?"

"no xq"

"se que es medio tarde pero me preguntaba si me querias acompañar al centro, tengo que comprar unas cosas :("

"siii obvio, espera dejame preguntar algo y veo si puedo ir" 

Siendo sinceros, a Obito siempre le dio un poco de miedo preguntarle cualquier cosa por lo posesivo y tóxico que era Kakashi, algo que no debería pasar en una relación.

—Hm, amor, me tengo que ir.—dijo con un poco de dificultad.
—¿Por?
—Voy a salir con Rin, quería que la acompañara a comprar unas cosas para ella.
—Tss, ¿no puede ir sola acaso? quiero tenerte junto a mí...—dijo esto mientras le acariciaba su cabeza.
—Obviamente se siente más segura si la acompaña alguien, la situación de acoso últimamente ha estado bien grave, son las ocho además y me preocupa...—dijo con un tono fastidiado, ¿cómo no podía ponerse en el lugar de Rin? pensó. Actualmente en las noticias se hablaba mucho sobre chicas desaparecidas, por lo que la paranoia le carcomía el cerebro y pensó que igualmente le podía pasar a Rin.
—Jajaja, cállate, no le va a pasar nada.—luego de esto inclinó su cabeza hacia abajo para juntar sus labios con los del azabache e intentando jugar con su lengua, Obito no se sintió para nada cómodo con lo que acababa de hacer, pero ya sabía lo que pasaba si le negaba algo. De igual manera el azabache con sus manos empujó el cuello de Kakashi para terminar el beso dejando un hilo de saliva.

—T-tengo un mal presentimiento, ¿p-puedo acompañarla? por... favor.
La mirada intimidante del peliblanco lo hacía tener una voz cada vez más entrecortada, sin duda lo manipulaba emocionalmente.
—No. Tu me perteneces, no te voy a dejar ir con esa puta de Rin, estás tontito.
—P-pero yo pensaba que.-desvió su mirada.—te caía bien...
—¿Esa perra? jaja no.
—¿Hay siquiera una razón?
—¿Estás ciego o qué mierda? es obvio que te mira con deseo.
—Ok, no sé de dónde sacaste eso pero te equivocas. Ella sabe de nuestra relación y nunca me ha mostrado señales de que le gusto.-levantó un poco más la voz, ya que no le gustaba para nada que sacara conclusiónes inciertas.
—A ver, ¿me levantas la voz a mí—cerró su puño.—, y vienes a cuestionarme? no te lo recomiendo, ya sabes cómo podrías acabar.