Capítulo 5

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La semana había pasado, y con eso, la llegada del sábado había llegado muy pronto. Ese día Miranda se sentía más alegre de lo normal, porque ese día saldría con sus amigas a pasear muchos perritos. Y ella definitivamente amaba a los perros más que a su persona.

Caminaba junto a Cindy y Alex, mirando las direcciones en una hoja de papel donde debían ir a buscar a sus clientes. Alex leía las direcciones mientras las otras dos chicas veían las casas.

- Esa es muy cute- Cindy señaló una casa azul bebé con un pequeño jardín delantero y un gnomo rojo como adorno.

- Que bueno que te guste, porque esa será la tuya- dijo Alex, revisando la hojita color pastel.

- ¿En serio?- Cindy sonrió.

Alex asintió.

- Entonces me adelantaré. Suerte.- Se despidió con una sonrisa de sus amigas y empezó a caminar hasta aquella casa.

Las dos chicas simplemente la observaron caminar por el pequeño jardín delantero, entrando al pórtico y luego tocar la puerta. Un hombre rubio y alto le abrió, hablaron de forma entusiasta un rato y después le entregó una correa donde llevaba a un pequeño cachorro blanco con café.

- ¿Quién es el dueño?

Alex revisó la hoja. – Uh... Un tal... Arturo Velazquez... Creo que va a nuestra escuela-

Miranda asintió, revisando la hoja en sus manos.

- La mía está a una cuadra, me adelanto ¿Está bien?

- Sí claro. La mía es esa- Miranda apuntó la casa de frente.

Alex se despidió, dejando a Miranda sola. Tomó aire, para luego cruzar la calle y mirar por el mini jardín lleno de flores de la gran cada blanca con detalles en negro. Guardó la hoja en su bolsillo y tocó el timbre, esperando pacientemente a que alguien abriese. Escuchó pasos desde adentro y luego quitar seguros de la puerta para después la puerta ser abierta por un chico demasiado blanco.

Los ojos adormilados de Demi Nuñez recorrieron el cuerpo de Miranda parada en su entrada. Talló su ojo izquierdo y la miró aburrido.

- ¿Qué?

- Lamento las molestias- dio una sonrisa nerviosa, sintiéndose abochornada ante el tono del chico -, pero aquí dice que aceptaste el servicio comunitario de pase a mascotas.

Le tendió la hoja, Demi la tomó sin muchas ganas, leyendo sin quitar la mirada de aburrimiento que lo caracterizaba. Miranda entrelazó sus manitas en sus muslos, mirando a otra parte sintiéndose nerviosa. ¿Por qué justamente tenía que tocarle ese chico? Quizás no debió de intercambiar los papeles con Alex.

Demi le devolvió la hoja, ingresando a la casa dejando la puerta abierta, Miranda hizo muequitas mientras esperaba hasta que regresó con un pequeño cachorro blanco en brazos. Lo dejó en el suelo y le tendió la correa negra.

- ¿Cómo se llama?- Miranda se agachó para acariciarlo-

- Holly. Bien, escucha- se cruzó de brazos mirándola serio -. Necesita detenerse cada dos cuadras ¿Llevas bolsas?

- Sí...

- Perfecto. A veces se cansa, por lo que necesita descansar. Por nada del mundo la pierdas de vista y no dejes que ningún perro se acerque. ¿Entiendes?

Miranda repasó las indicaciones en su mente. – Claro...

Demi se agachó, acarició a Holly y le susurró algo que Miranda no entendió del todo. Pero juraría haber escuchado la palabra "enemiga", pero fue tan bajo que quizás, sólo quizás pudo haber imaginado.

- Entonces nos vamos, la regresaré dentro de un par de horas- Le sonrió girándose con Holly adelantándose.

Ese chico era muy exigente.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2021 ⏰

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