my only exception (Ron Weasley)

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Fred y George miraron a Ron quien abrazaba un cojín mientras gritaba como si fuera un niño al que le acababan de regalar su juguete favorito.

-Supongo que la cita ha salido bien?- preguntó Fred apoyado en la puerta mientras que George se sentaba al lado del chico.

-Más que bien y ella... Merlín ella olía genial y su sonrisa...- decía este mientras la recordaba.- Ella es asombrosa.

En ese instante Harry entró junto con un cubo de muslos de pollo, al ver la cara de su mejor amigo los cambio por algodón de azúcar azul.
-Veo que ha salido todo bien, gustas?- preguntó entregándole el cubo.

Fred frunció el ceño y tomó el cubo de pollo para empezar a comer. Si la cita hubiera salido mal, el pollo siempre funcionaba para animarlo.

Ron miró el algodón de azúcar azul y le recordó de nuevo a Avery. Ella era tan amable y graciosa... diablos, la chica si que le había dejando mal.

-Qué? Que le pasa?- preguntó el azabache al ver a Ron volviendo a chillar de la emoción.

-Creo que tendremos que hablar seriamente con esa chica, tan genial es?- preguntó Fred a lo que Ron lo miró con una sonrisa.

-Ella es, ella es increíble, Merlín es que no puedo creer que ella... no puedo creer que ella haya aceptado a quedar de nuevo conmigo.- dijo este dando vueltas como una croqueta por su cama.

George miraba contento a su hermano menor y le recordó a él cuando se había enamorado en Hogwarts.
-Y de que habéis hablado?- preguntó mientras colocaba una mano en su hombro.

Ron se apoyó el se hermano mayor mientras suspiraba con una sonrisa boba.
-De cereales.- respondió haciendo que Harry y Fred rieran.

-Callaros pedazos de piedras sin corazón!- les exigió George haciendo que estos pararan enseguida.- Sigue explicando Ronnie.

-Bueno... no se por que, pero al parecer soy como una especie de dios ante su perro. Siempre que me ve se olvida de ella y es algo... extraño por que a mi no me gustan los chuchos.- dijo este.

-Ron... tu patronus es un perro.- le dijo Harry a lo que este abrió la boca de sorpresa.
-Al final si que voy a ser un mago de perros...- dijo con una sonrisa.

-Un qué?- preguntó Fred más confundido.
-Nada, cosas nuestras.- dijo Ron con una sonrisa enamorada.

George miró a Fred con expresión severa. Ron estaba mostrado sus sentimientos ante ellos, debían darle la confianza que necesitaba, no reírse de él.

-Bueno... y habéis quedado otra vez?- preguntó Harry intrigado.
-Esto... yo... em... veréis.- empezó a decir este ahora nervioso.

-Ron... que has hecho?- le preguntó Fred algo preocupado ahora. A saber que le había hecho a la pobre chica.

-No... no es nada solo que ahora... ahora puede que sea el nuevo cuidador de Zeus.- dijo este haciendo que Harry se empezar a reír.

George tomó un zapato y se lo lanzó haciéndolo callar en seguida mientras que Fred se tapaba la boca para no reír. Sabía la fuerza que tenía su gemelo, no quería probarla.

-Eso... bien, eso puede ser bueno. Y que más sabes sobre ella? Sabes si su madre es Nicole? Sabes si... su varita se llama kiwi?- preguntó George.

-Eso importa? No... no he hablado de nada... de eso, solo se cereales, comida.- dijo este encogiéndose de hombros.

Los gemelos se miraron entre sí y pensaron en lo mismo. Como era posible que hubiera una chica tan perfecta para Ron? Parecía que fuera una fantasía echa realidad para el pelirrojo.

Si era así, tendrían que hablar con la misteriosa chica seriamente como hermanos responsables que eran, no querían que su hermanito saliera herido ni con el corazón roto.

Mientras, Harry se sobaba la cabeza el dolor del zapato que le habían tirado.
-Entonces... me estás diciendo que Avery puede ser una mafiosa y tú no lo sabes?- preguntó el azabache.

Mafiosa? Avery podía ser demasiadas cosas pero una mafiosa no estaba en sus planes.

Si, no le gustaba mencionar a su madre, la misma Nicole Jensen quien era una de las personas más ricas del planeta.

Si, ella tenía el apellido de su madre al ser criada solo por ella, como madre soltera.

La chica se encontraba en el edificio donde la empresa de su madre tenía una de las centrales de su negocio.

Ella era solo una aprendiz, quería conseguir dinero por sus medios sin embargo su madre había insistido en pagarle todo el alquiler y la ropa. El dinero le sobraba.

-Eh, tú!! Por qué no has traído el café que te he pedido chica!?- le dijo uno de los empresarios, en teoría compañeros.

-Y por que no va a hacérselo usted mismo?- preguntó ella algo molesta mientras miraba los nuevos productos.

Los presentes de la sala empezaron a reírse d ella burlándose, haciéndola sentir inferior.
-Vamos joven Jensen, sabes que solo estás aquí por tu madre, no te falta nada y tampoco queremos tus ideas, ve a buscar mi café.- siguió diciendo el hombre tocándole el hombro.

Avery obviamente se levantó de golpe, separándose asqueada, no dijo nada y se fue de la oficina frustrada.

Mientras hacía el café se acordó de las palabras de su madre. "recuerda quien manda aquí, no te dejes pisotear", así que decidió hacer.

Cuando tenía el café preparado, fue de nuevo donde ellos discutían sobre algo. Al entrar, todos se quedaron callados, con una sonrisa burlona al ver a la chica hacerles caso.

-Buena chica, buena chica... así me gusta.- le empezó a decir el hombre con una sonrisa.

Avery se acercó a él y se colocó detrás de su silla, al agacharse para dejar el café, se lo tiró en la cara, dejando a todos sin palabras.
-Que lo disfrute, recuerde que aquí mando yo, fácilmente puedo despedirlo con avisar a mi madre.- le advirtió mientras le dejaba la taza en la mesa.

-Señorita Jensen...- empezó a decir otro señor más mayor.- Necesitamos su ayuda para verificar que los nuevos productos sean recibidos correctamente.- le dijo.

-Ahora soy señorita? Si creo recordar no necesitaban mi ayuda ni mis ideas hace un momento.- dijo mientras se marchaba.- Idiotas.

Era agotador, trabajar con esos hombres que su madre contrataba, siempre pensaban que era algún tipo de sirviente y eso no le gustaba nada. Aquí mandaba ella.

Al llegar a su casa sonrió al encontrarse a Zeus quien la recibía alegremente.
-Oh si... ahora me quieres pero bien que me traicionas cuando Ron esta cerca...- le dijo a lo que el perro dio una vuelta más animado.- Que te pasa con ese chico?

A Zeus nunca le habían caído bien ninguno de los chicos con los que ella había salido. Por qué con Ron era distinto?