Capítulo I: Mi Cumpleaños

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Me desperté con la primera luz de la mañana.

El viento soplaba y movía las cortinas de mi habitación.

Me asomé al ventanal aspirando el aire que me llegaba a mi habitación, que se encontraba en la torre más alta de mi castillo.

A los dos minutos de levantarme llegó mi hermana Rio (en este universo Río Nakamura es nuestra hermana)

Rio: ¡Feliz cumpleaños hermanita!

Tn: ¿Cómo qué hermanita? - reí - Te recuerdo que soy la mayor y que hoy cumplo 24 años.

Rio: Eres la mayor por escasos minutos y además yo también cumplo 24 mañana.

Reímos y ella comenzó a cepillar mi cabello.

Rio: Hoy voy a ir al bosque a tomarme el día libre. Me preguntaba si mi hermanita perfecta querría ir conmigo...

Tn: Sabes que el baile es esta noche y que hay que preparar mucho.

Rio: Vale, pero cogeré tu caballo.

Me giré tan rápido que casi me arranca un cabello.

Tn: Ni se te ocurra coger a Nébula.

Rio: Pues tendrás que venir conmigo para evitarlo.

Lo pensé detenidamente. Era cierto que era mi cumpleaños y había pasado un mes preparando el baile de máscaras, pero la tentación de poder tomarme el día de mi cumpleaños libre era demasiada.

Tn: Con una condición: que lleguemos a casa antes del baile.

Rio sonrió.

~

Bajamos al comedor después de vestirnos. Yo llevaba un vestido color celeste con flores bordadas.

Era mi vestido favorito.

Mi madre me recibió con una sonrisa. Se encontraba desayunando con Irina, la consejera y maga de la familia.

Irina: Buenos días majestad, está espléndida el día de su cumpleaños.

Tn: No debes usar formalidades conmigo, eres como de la familia Irina.

Abracé a mi madre y ella me invitó a sentarme.

Mi hermana ya estaba ahí.

Tn: Esto, madre. He pensado que como es mi cumpleaños, me gustaría ir con mi hermana al bosque, ya sabes, a montar a caballo y eso.

Madre: Te tengo dicho que una princesa no debe desatender sus deberes reales.

Asentí tristemente.

Madre: Sin embargo, hoy es el día de tu cumpleaños, y por ende, supongo que puedes tomarlo libre.

Mi cara se iluminó al igual que la de mi hermana. Salimos con los caballos y galopamos hacia el bosque.

Mi cabello ondeaba con el viento en una trenza, mientras mis mechones se anteponían en mi cara.

Rio: te echo una carrera hasta el arroyó. Yo iré por la derecha.

Asentí divertida. Me encantaba montar a caballo. No solo porque fuera la excusa perfecta para quitarme mis vestidos que, aunque me encantaban, a la larga resultaban molestos.

No encontraba el arroyo ya que había salido a un cruce que no era el indicado.

Traté de volver atrás pero el bosque se había cerrado.

¿Cómo era posible?

Traté de calmar a Niebla y de pensar tranquilamente.

Ese acto solo podría haber sido realizado por un usuario de la magia.

Mi Príncipe Rojo (Karma x tn) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora