Capítulo IX

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Narra Tn:

Nos preparamos para entrar al castillo.

Okuda: Os he conseguido estos polvos. Sirven para facilitar el sueño, pero los he potenciado.

Karma: Gracias. Vigila y si no volvemos, quédate en la casa y si viene la guardia, huye al manzano del bosque y toca cinco veces sobre la corteza mientras dibujas una luna creciente.

Abrazamos a Okuda y salimos.

Llevaba ropa de campesino. Me había recogido el pelo para disimular y aparentar ser un muchacho.

Karma llevaba una capa hechizada para distorsionar el rostro y que no le reconocieran.

La Duquesa Aguri nos había ayudado proporcionándonos un carro con alimentos que aparentaríamos llevar al castillo.

Llegamos al portón donde dos guardias nos pararon.

Guardia:¿Dónde van?

Karma:  Venimos a entregar estas provisiones a la Reina Irina.

Guardia: La entrega de provisiones fue esta mañana.

Karma: Estas son urgentes.

El guardia revisó brevemente el carro y nos dejó pasar.

Bajó el puente levadizo y nos reveló un patio lleno de guardias.

Tn:Mierda... Son demasiados...

Karma: Tranquila, mantén la calma y todo irá bien.

Continuamos hasta llegar al centro del patio, donde otro guardia nos dio serias instrucciones.

Guardia2: Descargar el carro y luego iros.

Karma sacó un pergamino de su capa.

Karma: Traemos también este mensaje para la Reina, es del Duque Blanco.

Guardia2: Yo se lo daré, ahora marcharos.

Karma: El duque ha indicado que debe de ser entregado directamente a la reina.

El guardia iba a replicar, pero en ese momento unas llamaradas salieron de las cuadras.

De la mano de Karma salían una chispas de poder causadas por un filtro que había tomado disimuladamente antes de entrar al castillo.

El guardia fue a ayudar a apagar el fuego y nosotros nos escabullimos por uno de los portones de los sirvientes.

Guíe a Karma por unas escaleras hasta llegar a un pasillo. Entramos por una puerta falsa y salimos a uno de los pasillos principales. Nos escondidos detrás de uno de los tapices y esperamos a que una pareja de guardias llegará a nuestra altura para dormirlos con los polvos y sacarles la armadura.

Nos la colocamos y nos dirigimos a las mazmorras, donde se suponía que debía de estar mi hermana.

Llegamos a una celda y entregamos el pergamino que habíamos usado para entrar al castillo.

En él karma había escrito un mensaje dimulando la letra de irina en la que se reclamaban a la mitad de los guardias en el jardín trasero.

Salieron cuatro de los ocho que vigilaban la celda y Karma provocó una explosión en el pasillo para que salieran los cuatro restantes.

Me dirigí a la última celda, en la que vi a mi hermana.

Ella corrió hacia los barrotes y yo la toqué a través de ellos.

Tn: Hermanita, qué ganas tenía de verte. ¿Qué te ha hecho?.

Rio: Elka te dio por fugada. Hizo que El padre de Asano me provocara pesadillas que no paraban de repetirse.

Mi Príncipe Rojo (Karma x tn) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora