Capítulo 4. Una nueva presa

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Lele: Mm?... que paso?, porque estoy aquí?

Bear: -entra a la habitación-

Lele: me volví a desmayar verdad?

Bear: veo que no hace falta decírtelo
-cierra un cajón-.

Lele: ¿qué sucedió?, no recuerdo casi nada.

Bear: nada importante, pero hay algo que tienes que hacer voy a tener el tiempo algo corto, iré a cazar algo mientras tu cortas los troncos que están afuera, tienes tiempo hasta que salga la primera luna, si tienes hambre o sed puedes ira a la mesa servirte de lo que hay ahí -sale de la habitación-

Lele: -le gruñe el estómago- al parecer tengo hambre, pues iré a comer algo no quiero desmayarme por no haber comido sería algo ridículo, jaja.

Lele antes de salir de la habitación le dio un poco de curiosidad y le da por dar un pequeño y rápido vistazo a la habitación, entonces empieza con ver abajo de la cama y se da cuenta de un pequeño cofre alargado, al sacarlo nota que hay una cerradura, una cerradura con una forma muy rara, intento sacudirlo un poco para imaginar que es lo que podría ser, pero se acordó de lo que tenía que hacer, entonces al quererla guardar siente que el cofre da una pequeña vibración a lo cual Lele rápidamente al asustarse por la reacción del cofre lo termina de colocar en su lugar, una vez saliendo de la habitación se dirigió hacia la mesa y tomando haciento empieza a servirse todo lo que había ahi..

Lele: -saborea la comida- vaya, esto sabe mejor que la carne cruda o asada aunque bueno ahora toca cortar la madera que bueno que no me dijo que lo acompañara, por alguna razón me arde un poco el cuerpo, bueno da igual.

Al recoger todo sale hacia afuera dirigiéndose al almacén de las maderas y mira que esta el mismo hacha que había utilizado y miro que al lado había un pequeño papel con algo escrito:

(te deje el hacha ya que será tu herramienta para que partas a la mitad los troncos y algunas ramas del árbol que está detrás del almacén, lo harás de la misma manera como el ejemplo dibuje.) entonces agarra el hacha y sorprendida por el poco esfuerzo que hizo para levantar el hacha dice: ¡wow! ¿¡En qué momento se hiso menos pesado esto!? no creo que sea un cambio de hacha porque es la misma que utilice, bueno al menos ya no cuesta tanto el mantenerla levantada, ahora veamos cómo me va con esto -agarra un pequeño tronco-.

Lele agarra el tronco colocándolo de forma vertical, en cuanto a ella se posiciona de forma firme, se fue acomodando para doblar un poco sus rodillas y su espalda siempre firme, entonces alza el hacha sujetándola con sus dos manos dando el primer gran impulso para clavarla en la madera y con éxito logra hacerlo, pero por la poca fuerza de Lele el filo corto hasta la mitad, no había palabras para lo que había sucedido, no entendía si es que por fin lo había echo bien o en realidad empezaba hacerse más fuerte, pero estaba más segura a que había logrado un buen posicionamiento.

Lele: Esto es nuevo, pero veo que me está costando sacarla -forcejea un poco- pues no, está totalmente atorada.

Entonces Lele intenta dar unos golpes para que el hacha terminara de cortar, pero al final fue inútil ya que la hoja no avanzaba, dejando ahí a un lado el hacha se dirigió nuevamente a la cabaña para ir a buscar a su habitación las herramientas que siempre mira para ver si más de alguna le hes de utilidad, una ves que entro empezó a buscar y entre el desorden que había entre las herramientas y entre todo lo que estaba sacando encontró un martillo el cual ya había visto antes y le había costado moverlo unos centímetros, pero en este caso al levantarlo sintió que ya no le tomaba tanto esfuerzo, ya era capaz de levantarlo a una altura media siendo lo suficiente para lo que necesitaba, entonces regreso a su puesto donde dejo el hacha y busco otro tronco más grande para que esta sostuviera el mango y así poder liberar el hacha, ya colocado todo Lele empieza a golpear con el martillo en la parte del contrafilo del hacha, al estar dando golpes consecutivos la hoja empezó a bajar más, ya viendo los resultados siguió golpeando hasta que en el último martillazo termino de cortar el tronco, al sentir todo el esfuerzo que hizo le empiezo a doler un poco los brazos por el manejo con dos manos en el martillo, se dio unos minutos para descansar y al terminar su descansó volvió a agarrar otro tronco.

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