Mario es el chico elegante el cual si te machans el vestido que te costó más que la la muralla china es capaz de limpiarla con un buen de personas, o hacerte uno el con tus mismas manos.
También puede llegar a ser un poco llevado, la primera vez que nos dimos nuestro beso fue en el restaurante cerca de su casa, en navidad. Se dejó llevar las cosas, pues de verdad deseaba besarme. Es un gran besador.
-Te compré pizza- aveces no sabe que hacer de comer-
-gracias mario
-¿Ya llevamos 3 semanas y aún no eres capaz de decirme un te amo o un amor? -resongaba con los brazos cruzados-
-Me incomoda decirte así, pero pronto te podré llamar como yo quiera.
-Quiero ser tuyo Ana, quiero que me llames de la forma que más me guste, quiero que sientas como estallo cada que te veo, que sientas el amor que te tengo.
-Claro que sí
-¿promesa?
-Promesa
Tengo mareos enormes últimamente, no dejo de pensar en las palabras que me dice Mario cada que me ve de verdad me hacen sentir mariposas y ganas de abrazarlo. No me gustaría tener algo sexual con el, es como un gato recién nacido, no me acostumbrare al Mario sexual nunca.
Mario está estacionado en su carro esperándon a que escoja mis Sabritas picantes moradas (chips) pero veo que no hay y entro al auto enojada
-¿Otra vez no había?
-estas cosas son mi debilidad, creo que me tendré que ir a México para conseguir una de esas otra vez.
-Juro que te ayudaré a conseguirlas
-No es nesario, prefiero ropa a unas Sabritas pero si, con gusto acepto lo que me des.
-Que linda eres cuando deseas lo que es imposible de comprar.
-¿ es imposible?
-¿para que quieres ropa? Si de todos modos te la quitaré
Quitarmela? Acaso es una invitación sexual lo que hace?
-Mario deja de decir esas cosas, me incomoda.
-Pero si la ropa de mujeres es muy linda, me pongo tu pijama cuando no estás.
-¡¿QUE?!
-Es broma! -añade- pero si te compro creme que te la quitaré y me la pondré.
¿Entonces pensé mal?
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De brazos cruzados
RomanceAnabelle lanes llega a New York para mudarse al nuevo hotel más famosos de la cuidad. Los cuartos ya estaban llenos, así que tenía que compartir con algún paciente. Ahí, es donde conoce a Mario.