¤ CAPÍTULO 43 ¤

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Pasaron los días como si nada hubiese pasado

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Pasaron los días como si nada hubiese pasado. No he vuelto a hablar ni con Matthew ni con Mike, posiblemente ya lo amenazó para que se aleje de mí. 

Ya no tengo nada más que perder, ya ni tengo amigos.

¿Buen momento para pedirle a mi padre un cambio de instituto? No quería seguir con la incomodidad en los pasillos al ver a Marcus junto con Dominik, mucho menos a Matthew besándose con la misma chica que lo encontré en su habitación. 

Me puse a navegar sobre los institutos cercanos a casa, aquellos que tengan el mismo plan de estudios que el Berckley, pero ninguno se parece, sólo Saint August, el instituto al que ingresará Mike. No quiero tener ningún inconveniente entre ambos, quiero alejarme de ese drama, acabar mis estudios y hacer lo posible para irme de aquí.

Por más que quiera, ya no tiene sentido que siga en Berckley, fue un año intenso sí pero no para terminar mis estudios sin amigos, incómoda y sin ganas de estudiar.

Y apareció el anuncio que por más que no quisiera prestar atención e ignorar, resolvía mis problemas.

El programa de intercambio de estudiantes que te abren la puerta para ingresar a universidades extranjeras, era lo único en lo que me enfocaría ahora, solo tengo un año para solucionar mi vida, empezar a ver por mí y mi futuro.

El programa de intercambio de estudiantes que te abren la puerta para ingresar a universidades extranjeras, era lo único en lo que me enfocaría ahora, solo tengo un año para solucionar mi vida, empezar a ver por mí y mi futuro

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-¡Llegamos!.- gritó mi padre feliz desde la entrada de la casa. 

-¡Tenemos una sorpresa!.- gritó igual de feliz Sofía.

Bajé al escucharlos, puede que desde la última sorpresa de mi padre ya no quiero recibir otra similar. Los miré, ambos con varias cajas grandes y mi padre con tres porta trajes en sus brazos.

-¿Y esto?.- pregunté.

-Espera a que bajen los muchachos.- dijo Sofía feliz.

Miré las escaleras, Matthew bajó en pantaloneta, con las ojeras más grandes que las de un mapache y con su mirada perdida. Atrás de él venía Mike, concentrado en su celular.

¡QUÉ ASCO LA GORDA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora