¤ CAPÍTULO 57 ¤

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No comprendo porqué Mike hizo eso con aquella chica, o porqué me ofreció drogas

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No comprendo porqué Mike hizo eso con aquella chica, o porqué me ofreció drogas. Ese no es el Mike del que me enamoré, o tal vez, no llegué a conocer nunca aquel lado destructivo que traía consigo. 

No quería salir de este lugar, tenía miedo de encontrarme nuevamente con aquel chico, no quería ver a nadie y que se me pregunte por todo lo que me había sucedido, por que estoy segura que en este momento los moretones de los golpes que recibí o mis ojos hinchados de haber llorado tanto comenzaban a aparecer. 

Pensé en Matthew y en cómo el podía haber evitado esto, así como corrió en mi búsqueda aquella vez, creyendo que yo era quien estaba en esa cama con el sujeto, pero esta vez, no tenía nadie que corra para ayudarme. Me sentía más sola que nunca. 

Me recosté sobre la pared, esperando que todo lo que acababa de vivir no fuera de verdad. 

- ¿Miranda?- veo que entró Mike al baño. 

Lo miré con impotencia, por que el pudo haber evitado esto si no me hubiese dejado sola o si tan solo no me hubiese ofrecido aquel cristal. 

No quería verlo más, no quería seguir con él, me repugnaba verlo. 

- Aléjate de mí- dije, para levantarme de la ducha en la que me encontraba. Caminé como pude hacia el armario de la habitación para tomar una sábana y cubrir mi cuerpo, ya no quería seguir aquí. 

Lo hice y con las fuerzas que quedaban en mi cuerpo caminé por el largo camino que me llevaban a la calle, para pedir un taxi y llegar a casa. 

- No, espera ¿qué sucedió?- dijo sorprendido y a la vez molesto buscando explicaciones. 

Sin querer regresar a verlo seguí con mi camino, dejando que si quisiese me siguiera pero que no iba a obtener una palabra más de mi boca. 

De todos los errores que habían cometido las personas que estaban en alguna relación conmigo, el logró el primer lugar. Dejó que algo como esto me sucediera, dejó que lo peor que me podía suceder a mi, sucediera. No quiero seguir pensando en qué pasaría y siguiéramos juntos, solo necesito tiempo para mí sola. 

- Matthew, ya ven- dije para mí misma, antes de sentir que mi cuerpo ya no respondería más por mí y caí. 


Mike

Miré cómo se desplomaba en el suelo, corrí a verla. Mi corazón comenzaba a destrozarse cada vez más que la miraba así, por que acababa de romper la confianza y todo lo que construí con ella por una estupidez del Mike inmaduro. 

- Miranda- dije golpeando levemente su rostro. 

La tomé en brazos y caminé a la calle esperando a que pasara algún taxi y poder ir a casa, no la llevaría al hospital para que descubran las sustancias que habíamos consumido y ser juzgados una manera no correcta. Sobretodo, con nuestra edad y todos los problemas con los padres de Miranda lo que menos debería hacer es formar un alboroto del que no estoy seguro si Miranda quisiera formar parte. 

Sabía que era mi culpa y sabía que todo lo que se me venía encima me lo merezco

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Sabía que era mi culpa y sabía que todo lo que se me venía encima me lo merezco. 

Levanté un poco la sábana que cubría su cuerpo, notando que estaba cubierta de sangre que salía desde su intimidad. La culpa y enojo por ser tan irresponsable invadía mi cerebro, no puedo dejar que ella esté sufriendo así por mi culpa, no merecía nada de esto. 

No ahora, con las cosas que había vivido por mi culpa, esto se que jamás me lo perdonaría, rompiendo mi ilusión y esperanza de construir un futuro a su lado. Era inútil pensar en ella en un futuro viéndola en este estado, pero sobretodo, por que se que no me amará nunca. 

¡Maldita sea!

Entramos en nuestro hogar, donde la llevé rápidamente al baño, para limpiarla. 

Cada vez que pasaba la esponja por su piel pude recorrer todo lo que ella vivió por mi culpa, su piel que fue tocada por alguien más sin su permiso o cómo lucho para que no la tocara aquel imbécil. Al terminar, le coloqué su pijama y la dejé en su cama. 

- Jamás fue mi intención lastimarte- dije desde el marco de la puerta viéndola en aquel estado

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- Jamás fue mi intención lastimarte- dije desde el marco de la puerta viéndola en aquel estado. 

Todo dentro de mí estaba destrozado, por que ahora se que a pesar de todo el esfuerzo que haga, la destruiría aún más estando cerca de ella, recordándole todo lo que acababa de vivir por mi. 

- No quiero verte- dijo Miranda casi susurrando, y comprendí, que ahora sí, perdí yo. 

La miré una última vez con lágrimas en los ojos, culpándome a cada momento por todo, buscando la manera en compensar mis estupideces, que por vivir una noche de adolescente, destruyó mi futuro. 

¡QUÉ ASCO LA GORDA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora