¤ CAPÍTULO 40 ¤

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Maratón 3/4

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Maratón 3/4

He tenido fallas de Internet por lo que no se subió el resto de maratón, espero y sirva para estos capítulos, besos.

-¿De dónde vienen?.- preguntó algo tranquilo mi padre.

-He tenido mi novatada esta tarde, Miranda me acompañó. Mucho gusto, Mike Duque.- este se acercó este y le extendió su mano a mi padre presentándose.

-Edgar.- correspondió mi padre.

-Ningún Uber nos quiso traer de regreso a casa, lo lamento es mi culpa.- dijo el disculpándose por ambos.

-No te preocupes querido, al menos sabemos que Miranda estaba en buenas manos y llegaron sanos y salvos.- respondió Sofía con una sonrisa reconfortante.

-¿No pudiste llamarme?.- le pregunté a mi padre.

-Lo hice varias veces la cuarta ni siquiera me llevó a buzón Miranda.- dijo molesto.

Miré mi celular y tenía completamente la razón, estaba este en silencio y con llamadas perdidas.

-Matthew pudo llamar a Mike.- le dije aún molesta

-Posiblemente no le llegan las llamadas querida, debe tener un chip americano.- me dijo Sofía intentando calmar la situación.

-No nos pasó nada malo, se los aseguro.- respondió Mike de nuevo por ambos

-Esta bien, pero la próxima quiero tu celular en volumen Miranda, no quiero tener que buscarte con la policía.- me amenazó mi padre un poco más tranquilo

-Mañana hablaremos de nuestro viaje y de todo esto, creo que ambos deberían darse una ducha.- dijo Sofía tomando de la mano de mi padre

-Esta bien, y mil disculpas por todo. Prometo que la próxima vez Miranda les enviará la ubicación si es necesario.- dijo Mike antes de subir las escaleras

-Perdón.- supe decir antes de subir igual que Mike.

Entré a mi habitación algo exhausta pero a la vez tranquila, la pasamos bien y no tuvimos ningún altercado. La paz interna recorriendo por mi cuerpo antes de acostarme era inexplicable.

Y empiezo a vibrar mi muñeca, la miré de reojo y me di cuenta que no le regresé el AppleWatch a Mike. Por lo que antes de que el duerma debería devolvérselo.

Salí despacio de mi habitación para que mis padres ni Matthew nos escuchen.

Golpeé dos veces su puerta, esperando a que abra la misma. Pero se abrió la puerta de la habitación de alado, o sea Matthew.

¡Maldita sea, porqué siempre hace esto cuando estoy aquí!

Abrí sin pensarlo dos veces la habitación de Mike y entré rápidamente.

-¿Disculpa?.- dijo Mike con una toalla en su cintura, literalmente solo una toalla.

-Matthew.- dije susurrando antes de darme la vuelta y no verlo así.

¡QUÉ ASCO LA GORDA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora