Ver rostros conocidos es ciertamente... Reconfortante.
Caminaba por la tienda, buscando ropa, no para él, sí no que era para la pequeña Cho.
Quién estaba en una cangurera, feliz de la vida, jugando con una muñeca extrañamente parecida a Nakime.
Por si las dudas, él la hizo en su tiempo libre.
— Nee, nee, Cho-chan, ¿Qué tal esté? — el adulto le mostró un overol para bebé de color lila pastel.
Los de la tienda lo miraron raro, disculpen, pero esa niña es muy inteligente.
Cho, solo asintió con la cabecita, para proceder a balbucear un nombre, Kokushibo.
— ¡Koku, da, Koku! — su sonrisa le daba mil años de vida.
— Ya va, querida, espera un momento. Ryusaki, pásame al muñeco de Cho, por favor. — Ryusaki solo lo miro y mientras sacaba del bolso de la bebé al muñeco (Kokushibo) pensó:
— “yo solo soy un asistente, no me pagan lo suficiente para esto... Sólo lo hago por la bebé...” — miro a Cho y su sonrisita cuando le pasó al muñeco casi lo noqueaba.
— “Con justas razones son familia.”
— ¿Douma... -sama? — esa voz se le hacía conocida, así que volteó a mirar, y sí, en efecto; él conocía a la dueña de esa voz.
Nada más ni nada menos que Nakime.
— ¡Oh! ¡Nakime-chan! Qué buen verte. ¿Cómo has estado? Tengo muchos años de no saber de ti.
— He estado bien, ¿Y usted? Por cierto... ¿Qué hace en una tienda de ropa para bebé? — se notaba confundida por el lugar en el que estaba.
— Bien, ahora... ¿Qué voy a estar haciendo si no comprar ropa de bebé, para mí hija? — señaló con la cabeza a Cho, que miraba como maravillada a Nakime.
— ¡Dada, Wakime! ¡Wakime! — y la señaló con la mano en la que tenía a la muñeca con su apariencia. Mientras balbucea su nombre y llama a su padre exponiendo su descubrimiento.
Esa mujer era igual a su muñeca.
— ¡Ah! Lo siento, no te había notado, pequeña. — le habló con ternura a Cho y luego volteó a ver a Douma cuando notó a las muñecas de paso, también preguntaría el nombre de la niña — ¿Kokushibo-kun y... Yo?
— ¡Si! Las hice en mi tiempo libre del trabajo, y Cho-chan las ama así que no las pude dejar en casa.
Esta bien, ya no les necesario preguntar el nombre.
— ¿Cho? Es un gran nombre, debo admitir que su hija es como una mariposa, Douma-sama.
— Nakime-chan, no seas tan formal, ahora estamos en las mismas ¿No? Además... ¿Kokushibo-kun? — ese tono pícaro nunca dejará de ser parte de sus distintivos.
— S-si, lo que pasa es que, es mi marido, Douma-kun. Hablando de eso... ¿Y tu esposa?
La cara de Hoshi Douma era un poema, y uno muy chistoso. Tanto era su shock por lo de Kokushibo se casó, y fue con Nakime. Que hasta ignoró que preguntara por su esposa.
Ryusaki los miraba perplejo. Pero no hablaba porque eso no le incumbe.
— Ay por Muzan-sama... — se llevó la mano a boca en señal de incredulidad — Al final sí lo pelaron. — y remato sonriendo en felicidad por su amigo. Pero luego cayó en cuenta que le había preguntado por Juno también.
— Mi esposa... Falleció poco después de que Cho-chan, naciera — Nakime lo miro con pena —. No me mires así. No estaba enamorado de ella, fue matrimonio político. Aunque debo admitir que me dolió su muerte, fue porque era mi amiga y hasta allí. Yo ahora estoy feliz con este pequeño angelito. — volvió a señalar a su hija.
— Si, supongo que sí...
— Oye, Nakime-chan, ¿Cuantos meses tienes de estar embarazada del idiota de Kokushibo?
— Cinco meses. Y no lo llames idiota, Douma-kun.
— Si lo es, lo es por qué te dejo venir a comprar ropa embarazada. ¿Cómo se le ocurre? — y comenzó a quejarse y a refunfuñar sobre la anterior primera luna.
Generando risas en su vieja amiga.
Según Douma, al parecer, la pequeña Cho, ahora tendrá un compañero de juegos.
Notas:
Esto ocurre antes del capítulo 01. Pero se me ocurrió ahorita. Solo quise enseñar cómo fue que Douma se reencontró con viejos amigos. Como Nakime, que está casado con Kokushibo (me encanta la shipp) y están esperando un chamaco. Adivinen quien es ese chamaco, es uno de mis favoritos, aunque no he escrito nada de él todavía.
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Kazoku
FanfictionDouma reencarna, sus padres lo comprometen por interés y tiene una hija, resulta que, Shinobu reencarna en la niña, la madre de la pequeña muere en el parto. Y el hombre rubio de tan solo veinte años queda a cargo de una empresa familiar, mucho dine...