Beso a ciegas

Capítulo XXII

Los besos no pararon allí de hecho Aiden me aprisionó aún más contra su cuerpo, volvió a besarme esta vez con mucha más delicadeza, mi corazón latía a mil, al principio creí que era por la emoción del momento, pero luego terminé dandome cuenta que estaba aterrada.

Aiden, se apartó unos centímetros de mí y me vio directamente a los ojos.

—Anne Jules Redd...—sonrío con un distintivo brillo en los ojos que nunca jamás le había visto—me gustas, siempre ha sido así

Y por alguna razón, eso rompió todas las paredes que rodeaban mi corazón.

—Anne...¿por qué lloras?—pregunto preocupado

—Yo solo es que...no puedo decirte lo mismo—su rostro se ensombreció—Aiden, tengo miedo...miedo a estar en una relación desde que...—sentí mis ojos volver a humedecerse—le confíe a alguien mi corazón y me lo devolvió hecho pedazos

—¿Qué...—esta vez me miraba totalmente confundido, pero a la vez con algo de impotencia

—Necesito que me escuches—interrumpí

—Entiendo, Tiny—por primera vez el apodo no me molestó y tal vez había dejado de hacerlo hace un buen tiempo

—Verás, el chico solo pretendía que yo le gustaba porque sus amigos lo habían retado—sople—todo lo descubrí cuando una noche en una fiesta lo vi besándose con otras chicas y... él terminó comentando que yo era una idiota que se creía toda la sarta de mentiras que me decía—contuve las lágrimas que amenazaban por salir—FUI UNA ESTÚPIDA, DIME, CÓMO PUDE CREERLE TODO?!

—Yo...

—Dejame terminar, porfavor...¿Cómo quieres que confíe en ti? Cuándo nada me asegura que no volveré a pasar por lo mismo—lo miré a los ojos

—Yo...lo lamento, Anne

—Tú no tienes la culpa

—No puedo dejar de sentirme culpable, yo... jamás he hecho el mínimo esfuerzo por darte una buena impresión de mí, sin embargo, ahora estoy aquí confesandote lo que llevo años ocultando y sé que debo parecerte de lo más egoísta—acarició el dorso de mi mano con su pulgar—si estás de acuerdo—suspiró—solo...te pido una oportunidad, salgamos juntos— me sonrió—déjame enseñarte que no soy el idiota que conociste en el campamento

—Estoy de acuerdo—él me sonrió y con una de sus manos acomodó delicadamente los mechones de cabello desordenados que cubrían mi mejilla

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—Espera, ¿Qué a ti no te gustaba Noah Brown?—gritó Leslie al contarle lo que había pasado a la hora del receso

También a mi lado se encontraba Marli.

—Lo sabía, sabía que algo pasaba entre ustedes dos—Marly me sonrió pícaramente

—Con Noah creo que las cosas se estancaron un poco, quizá era algo platónico—levanté los hombros tratando de restarle importancia

Después de todo, no había vuelto a hablar con él desde nuestra salida parecida a una "cita".

—No ha vuelto a hablarme desde nuestra salida—supe que había cometido un error cuando Leslie abrió los ojos exageradamente

—¿Tú y Noah Brown? ¿Salieron y no me lo contaste?!—estaba muy enojada

¿Pero en qué momento hubiera podido decírselo si llevábamos días sin vernos?