Chapter 2: Alfheim

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Caí de rodillas, sintiendo las pequeñas piedras raspar mi traje de cuero, y dejé a Urd en el suelo. ¿Había recitado mal el conjuro? ¿Me habría equivocado al escribirlo? No lo sabía. Desesperado y furioso por mi propia incompetencia y fallo, me levanté rápidamente y comencé a golpear un árbol cercano. Bramé diferentes maldiciones al aire. Estaba tan cerca... Tan cerca de poder recuperarlo todo... Me dolía el pecho. Era como si alguien lo estuviera desgarrando mientras se reía de mí. Sin embargo, debía mantener la calma.

Observar, analizar, actuar.
Observar, analizar, actuar.

Bien, eso es. Respiré hondo, volví hacia el círculo de runas y vi a la mujer tendida sobre la tierra. Al menos la había traído conmigo. La subí de nuevo encima de mi hombro y comencé a caminar por un sendero despejado.

 La subí de nuevo encima de mi hombro y comencé a caminar por un sendero despejado

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Los árboles eran enormes y frondosos. Cada uno medía diez metros como mínimo. Las flores no se quedaban atrás, también eran gigantes. En el cielo se podía ver una Luna brillante junto a millones y millones de estrellas. Parecían formar lo que en el mundo humano se llamaban "auroras boreales". Sin embargo, el frío era lo que peor llevaba. A pesar de que estaba equipado con un cuero especializado para temporales invernales, esto era horrible. Ni siquiera ayudaba mi condición de fundador. Chasqueé de nuevo la lengua contra los dientes. De repente, noté algo moverse. Ah, la mujer había despertado.

-Suéltame.- Ordenó.- Suéltame ahora mismo o te juro que...

-Cállate.- Corté.

Incluso sabiendo que acababa de ser secuestrada, mostraba unas agallas de caballo. Su tono era arrogante y furioso. Justo el que yo usaba con vampiros o seres inferiores. Si sigue en esta línea, no creo que nos llevemos bien.

-¿Acaso no sabes quién soy? ¡Soy una Norna del Tiempo! ¡Ni siquiera los dioses pueden..!

-He dicho que te calles.

Al ver que no conseguía su propósito, comenzó a darme golpes en la espalda. No eran molestos pero, al revolverse encima de mi hombro, estrelló innumerables veces su culo en mi cara. Dejé salir un gruñido de disgusto y la tiré al suelo como si fuese un saco de patatas. Desde la tierra, me dedicó una mirada de indignación.

-¿Cómo te atreves a..?

-¿No querías bajar? Ya lo has logrado, ahora ponte en pie y camina.

La muchacha, roja de la ira, siguió mi orden y se limpió la túnica con varias palmadas antes de comenzar a andar. 

-Eres un ruin y mezquino estúpido.- Insultó.

-Soy un rey.- Contesté, frío.

-Pues eres un rey ruin, mezquino y estúpido.

Rodé los ojos de izquierda a derecha.

-Si no cierras la boca tú sola, lo haré yo por ti.- Amenacé, deteniéndome y sacando una de las dagas que escondí en el cinturón de mi traje.

La destrucción del tiempo- Carla Tsukinami (Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora