II

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La puerta se abrió, era una de sus compañeras de trabajo. La chica rubia y alta. Entró con una caja en sus manos que a juzgar por la fotografía, tenía dentro un parlante. Cortó un pedazo grande de papel azul, el mismo con el que _______envolvía semana tras semana sus CDs, lo sostuvo con cinta adhesiva todo en su lugar. Salió de allí con el paquete ya envuelto.

-Ella es Megan. Es una chica muy agradable. Fue con
quién primero hablé al comenzar a trabajar aquí. La otra chica se llama Cinthia. También es muy agradable, ella tardó un poco más de tiempo en hablar conmigo. Es un poco más tímida. Creo que le gusto, pero yo no la veo como algo más que una amiga.

Charli no supo bien el porqué. Pero el saber que _______
le gustaba a una de sus compañeras la hizo sentir molesta

-Oh –dijo desilusionada en su voz al ver el reloj- tengo
que volver al trabajo.

Guardó el resto de la comida y la bebida en la heladera. Salieron de la habitación y efectuaron la compra como de costumbre

-Que disfrutes la compra. Te veo pronto –se despidió
amable.

Aquel viernes siguiente Heidi y Stella se encontraban
platicando entre ellas. -No hay cambios en su diálogo, pero se ve con más energía.

-Creo que aquella chica que mencioné aquella vez,_____ es como una especie de amigq. No lo sé.

-¿Ella no te ha dicho nada sobre ella?

-No –negó con la cabeza algo triste- absolutamente
nada -¿Debería preguntarle?

-No, deja que ella se encargue. Al parecer le hace bien.

Heidi asintió. Ese sábado, volvieron a ir a la mañana al
centro comercial, como era costumbre.

Charli entró, pero no hizo más que poner un pie en el local de música que Cinthia la saludó.

-Bienvenida a MusicWorld. ¿Puedo ayudarte en algo?.

Ella estaba muy cerca de la entrada y se encontraba libre, mientras que ______ se encontraba vendiendo unas púas más en el fondo. Cinthia estaba algo celosa de Charli, cosa que era bastante estúpida, ya que Charli  era una chica; pero si podía impedir que hablaran no estaría
nada mal, pensó.

Ella se puso muy nerviosa. Tenía la idea fija de que fuera ______quien la atendiera, como todas las semanas. No contaba con la posibilidad de que alguien más
lo hiciera. Ella iba a esforzarse en hablar más, pero no  con todos, no ahora. Ni siquiera había tenido tiempo de tomar un CD cualquiera entre sus manos. Pero agradecía en parte por ello. Si ella era quien se encargaba de la
compra ni siquiera tendría excusa ni oportunidad de
hablar con ______. No podía permitir eso. La veía una vez a la semana y sólo unos momentos. Era demasiada la espera para desperdiciar la chance de esta forma ¿Qué debía hacer?

-Charli.

Oyó esa voz que hacía que todos sus problemas se disiparan y sintió como si un peso de toneladas de kilos se cayera de sus hombros. Estaba a salvo.

Tanto ella, como la morena voltearon su cabeza fijando
la mirada en _______ que se había acercado a ellas. Había terminado de atender al cliente con quien estaba ocupada.

-No te preocupes, __. Yo me encargaré de atenderla–dijo ella con una gran sonrisa boba hacia _____. Sí, estaba más que claro que le gustaba.

-No –dijo en seco haciendo que la muchacha dejara de
sonreír- verás – cambió su tono de voz a uno más suave al notar que había sonado algo frío antes- Charli es mi clienta favorita, y yo soy su vendedora favorita –le guiñó
un ojo con una sonrisa de lado- es algo mutuo, por eso seré yo quien la atienda siempre que venga. Si estoy ocupada, esperará a que esté libre. ¿Entendido? –finalizó en tono algo descarado.

La chica de los ojos azules[Charli D'amelio y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora