V

943 83 28
                                    

Cinco

¡No! –Alzó apenas la voz, sorprendiendo a _____- En
verdad. Me gustaría que hubiera una manera en la que pudiera agradecerte.

_____ no podía sino observarla con una mirada totalmente conmovedora. Podía ver la sinceridad en sus ojos. Ver directamente a sus ojos era como desnudar su alma. Cada palabra proveniente desde lo profundo de su
corazón. Lo que estaba a punto de pedirle era una locura.

-Existe algo.

-Dime que es –suplicó.

_____ mordió su labio y alejó estúpidos pensamientos de su mente que no debían estar ahí.

-Mi canción favorita.

-No comprendo.

-¿Recuerdas la costosa guitarra que Dove compró en vísperas de Navidad?

-Sí.

-Pues, ella ya tenía una guitarra antes. Por ende ahora posee dos guitarras. Y los últimos días se ha dedicado a enseñarme como usarla. Incluso me presta su antigua guitarra para llevarla a casa y practicar ¿Conoces la
canción losing my religion?

-Sí.

-Es mi canción favorita. He estado practicando mucho
y lo seguiré haciendo. Pero si hay algo que me haría realmente feliz, es que tú la cantes conmigo.

Charli la observó con los ojos sumamente abiertos.

-­Yo… no creo que pueda –se removió incómoda.

-Claro que puedes. Si lo que quieres es agradecerme por algo que tú estás convencida que hice; esa es la manera indicada.

-¿La cantaríamos juntas?

-De principio a fin. Juntas.

Charli lo meditó durante largo rato. Un escalofrío nervioso recorrió su espina dorsal. Eso sin duda debía ser lo más complejo que le habían pedido en su vida. Temblaba un poco. La idea de no poder lograrlo estaba presente en todo momento en su mente, no la dejaba tranquila.Pero por otra parte, oía un eco. Una voz de consciencia que le decía dulcemente que él podía hacerlo. Que no decepcionaría a _____. Que podía lograr que se sintiera
orgullosa de ella. Agradecerle todo lo que había hecho
cumpliendo su pedido. Tomó una gran, una enorme, cantidad de aire.

-Lo haré –dijo exhalando y con los ojos cerrados, tratando de asimilar lo que acababa de decir.

-¿Lo harás? –preguntó con el rostro radiante de alegría.

Charli al ver su expresión supo que por muy difícil que
le resultara lograrlo, había tomado la decisión correcta.

-Sí.

-No puedo creerlo ¡Muchas gracias! –Dio un salto de la encimera- No soy muy buena aún, pero mejoraré, lo prometo. Practicaré durante horas si es necesario. Será mi desafío del próximo año. Por cierto… ¡Muy feliz año
nuevo, Charli! Sé que me estoy adelantando, pero, tú
sabes.

Charli mordió su labio mientras sonreía al ver la euforia en _____. Su emoción era palpable. Ella estaba preocupada porque no estaba segura de poder hacerlo, pero _____ no dejaba de repetir una y otra vez que ella también debía practicar. Lo tomaría como un acto de
autosuperación. Uno que harían juntas. Por ellas mismas y por el otro.

-Feliz año nuevo, _____.

Charli dio un largo y pesado suspiro antes de ingresar al local ese día. Nadie podría predecir que ocurriría. Largos ratos practicando cantar mientras se encontraba sola en su casa. Ataques de frustración. Malestares estomacales debido a los nervios. Pérdida del sueño. A veces parecía un sin sentido lo mucho que estaba esforzándose para
lograr tal estupidez, pero inmediatamente recordaba el rostro sublime de ____, y lo que significaría para ella y parecía ser la cosa con más sentido del mundo.

La chica de los ojos azules[Charli D'amelio y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora