Al anochecer su madre llegó del trabajo y se encontraba preparando la cena. Charli se dirigió a la cocina a tomar un vaso de agua. Se encontraba vestida solo con pantuflas en sus pies y una toalla ceñida en su cadera. Él
se encontraba seco. Heidi la observó.-¿Tomarás una ducha? –preguntó aunque fuera obvia
la respuesta.Charli terminó de beber el líquido del vaso de vidrio y
la miró a los ojos.-Sí –respondió y se dio media vuelta, retirándose del
lugar.-Está bien. Procuraré no abrir los grifos –le dijo
amable mientras la veía irse.Heidi siguió con sus labores de cocina. Tomó una
cucharada de su salsa y comenzó a probarla, pero de repente algo la dejó en shock haciendo que soltara la cuchara, que cayó el suelo, esparciendo parte de la salsa. Un verdadero desastre. Pero no pudo importarle menos.Volvió su vista a la puerta de la cocina por donde se había marchado
-Charli.
“¿Sí?” –Dijo en voz alta, porque su voz interna no era
suficiente para expresar su asombro.Charli hacía ya muchos años que había dejado de usar esa palabra al tener un sustituto gestual. En la sesión con Stella también ella pudo notar el drástico cambio. Ella respondía todas las preguntas luego de unos pocos
segundos. Le dirigía de vez en cuando la mirada. No estaba usando gestos para reemplazar
palabras. Tanto Stella como Heidi no podían salir de su
asombro.-Charli amor. Despierta –la meció su madre por
encima de las mantas –debemos r a la casa de los abuelos.Charli estaba semi dormida, pero oír eso simplemente
le quitó todo rastro de sueño. En un movimiento brusco quitó las frazadas que lo cubrían y miró
fijamente a su madre. Era sábado. Los sábados eran su
día especial. Su día libre. El día en que veía a ______¿Por qué ir a la casa de sus abuelos? Eso sólo llhacían los días domingo. La miró con el ceño fruncido en espera de
una respuesta, aunque ninguna que pudieran darle le
agradaría.-Los abuelos se van de viaje mañana. Por eso haremos
el almuerzo familiar el día de hoy.-No –respondió seria.
-Charli…
-No iré.
A Heidi le agradaba la idea de que su hijo hablara más. Pero esta situación simplemente le rompía el corazón. Esos almuerzos se alargaban por horas y volvían muy al atardecer. Si iban era muy probable que Charli no pudiera ir al centro comercial.
-Debes ir –le dijo afligida
.
Ella pudo ver como sus ojos se cristalizaban un poco,
su rostro seguía con expresión molesta. Supuso que estaba experimentando demasiada impotencia en esos momentos. Salió rápidamente de la cama y se dirigió al
baño, dónde se encerró durante varios minutos. Toda esa situación le resultaba demasiado injusta. No era justo que la privaran de lo que más feliz lo hacía en el mundo. Sentía un nudo en su garganta. Tanta práctica en vano. Trataba de calmarse. Luego de pasar largo rato
encerrada finalmente salió y fue hasta la sala donde se encontraban sus padres ya cambiados,
listos para salir. Ella simplemente estaba con unos cómodos y viejos pantalones de gimnasia y un sweater de lana que le había tejido su abuela hace algunos años.-¿No te cambiarás de ropa, cariño? –preguntó su
madre.Ella negó con su cabeza viéndola de manera fija. Claramente estaba molesta. Muy molesta. Ella sintió como su corazón se oprimía. Charli había estado
respondiendo con palabras y ahora un cambio repentino de planes había arrojado todo por la borda en cuestión de minutos.
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La chica de los ojos azules[Charli D'amelio y tu]
Fiksi PenggemarBueno, esta historia es triste y tierna, nada se smut, g!p, así que.. sean pacientes, creo que tendrá solo 3 o 2 partes, muchas gracias la historia no es mía, es una adaptación a "El chico de los CDs" de Larry stylinson