que empiece la diversión ♡ parte 4 de 4.

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advertencia;

autolesión, abuso sexual, muerte, horror, gore, drama, terror psicológico, subversión a las expectativas.

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   Le dolía el pecho cuando vomitó en el retrete de los baños del colegio. Se agarraba a la cerámica sucia con las manos blanquecinas de lo fuerte que intentaba hundir sus dedos en la superficie que otrora estaría blanca. Se sentía tan débil que por unos momentos temió desmayarse por el esfuerzo de su cuerpo que, caliente y tembloroso, apenas podía consigo mismo. Costó salir del cubículo del baño, pero al tirar la cadena y abrir la puerta, la figura paciente de JeongGuk lo esperaba, el chico jugaba con su labio inferior mientras pensaba en algo.

   Llevaban hablando unos días, días en los que JiMin aún no entendía cómo es que el chico había sobrevivido al ataque de TaeHyung. No tenía marca alguna en su cuello ni en su rostro. ¿Cómo rayos...? Ni siquiera se atrevía a preguntarle de nuevo, porque una parte de él le tenía miedo al muchacho.  Pero al mismo tiempo, el miedo lo atraía más y más. Por eso fue hacia los lavamanos con el rostro más caluroso aún y las expectativas por el cielo, queriendo estar junto a él y ser capaz de abrazarlo, o que JeongGuk mismo lo abrazara. Se enjuagó la boca con agua, luego tomó de la misma, y al cerrar la llave, alzó la cabeza.

   JeongGuk lo acorralaba desde atrás, su rostro agachándose hacia el cuello de JiMin con agraciada y deliberada delicadeza. Sus ojos profundos se dilataban y brillaban de manera atractiva. El más bajo sintió cómo su corazón se detenía por unos milisegundos en los que no pudo dejar de mirarlo, tragando sus facciones serias hasta recordar esa expresión estando con los ojos cerrados. La mano de JeongGuk fue a su cintura, y los largos dedos de éste acariciaron la mano acorralada del chico. Todos los movimientos eran suaves, estudiados hasta el cansancio. Tenía experiencia haciendo eso, y por alguna razón eso no puso celoso a JiMin, que usualmente era bastante posesivo aunque no lo quisiera. No, sólo lograba hacerlo temblar más de la emoción.

   — ¿Te sientes bien? — preguntó con una voz más profunda de lo habitual, concentrada. Parecía caer en sus oídos como la miel más cristalina y cálida posible, podía visualizar un néctar brillante y el olor dulce del mismo llegar a sus fosas nasales.

   — S–sí.

   — ¿No me estoy pasando de la raya?

   — No. — tragó saliva, negando rápido con la cabeza e intentando no marearse.— No... no te apartes de mí... por favor...

   Los baños estaban vacíos, y ellos saltándose las clases parecían gozar de todo el tiempo del mundo. JeongGuk lo tenía más que claro, porque una perversa y seductora sonrisa nació de sus bellos labios, mirando fijamente los ojos de JiMin a través del espejo, con la cabeza gacha y el pelo de su flequillo cubriendo los orbes negros. Los suaves belfos rosa del más alto se posaron sobre el cuello pálido y sudoroso de JiMin, quien sintió unos agradables escalofríos recorrer su cuerpo. La mano del chico afianzó su agarre en la ajena, entrelazaba sus dedos con cierta necesidad, y más besos vinieron hacia la extensión de la suave piel aterciopelada. JiMin sentía que la dulzura socavaba en los recovecos más insólitos de su ser, pero no hizo mucho. Se quedó en piedra, incapaz de hacer algo más que disfrutar. Como siempre que pasaba esto. Cada vez que JeongGuk se acercaba a él con ganas de besarle la piel con un extraño erotismo emanando desde sus poros pálidos, casi muertos.

MARIPOSAS DESPUÉS DE LA LLUVIA 𐙚 悪魔 . GGUKMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora