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SungGyu sentía que sus ojos pesaban, estaba tan cansado luego de un turno de quince horas en el hospital de los cuales la mayor parte de su tiempo la pasó en cirugía acompañando al médico. Una mujer dando a luz era un momento imposible de olvidar, especialmente porque estaba lleno de gritos, gemidos y sangre, eso le puso en perspectiva ser madre, claro que los hombre no podían dar a luz, pero ciertamente envidió aquello porque por muy apabullante y cansado que fue el momento si quiso poder traer una vida al mundo.

Llegó al cuarto para internos para recoger su mochila y firmar su salida así podría finalmente regresar a su pequeño departamento, a su mullida cama; pero no contó con encontrarse con JaeJoong ahí, mucho menos con WooHyun.

-¿Qué hacen aquí? –preguntó con la mandíbula a punto de tocar el piso por la impresión.

-¡Sunggie! –chilló el niño saltando de sobre las piernas del jefe del burdel para correr a abrazar las piernas del médico.

-Hola, JaeJoong.

- Hola, cariño –saludó WooHyun algo jocoso acercándose al joven.

Se sonrojó al oírlo tan cariñoso, inusual, pero le sonrió de regreso mientras tomaba a JaeJoong y lo cargaba. El niño le tomó del rostro con sus pequeñas manos, suaves caricias en sus mejillas y en sus mechones castaños, aquellos toques le encantaban.

-¿Ya te vas?

-Son las dos de la mañana, JaeJoong, debo regresar a casa y tu debes ir a la cama.

- ¿Puedo irme contigo? –le preguntó entusiasmado.

- ¿Qué? No, pequeño, recuerda que estás en observación todavía por tu anemia.

El infante hizo un puchero realmente entristecido, bajó la mirada haciendo sentir culpable a SungGyu, pero lo siguiente que dijo le tomó por sorpresa:

-WooHyun, ¿te gustaría llevarme contigo?

A ambos adultos les pareció extraña la insistencia sobre el tema, el niño parecía casi desesperado por que uno de los dos lo llevase consigo y eso les preocupó, aunque SungGyu demostró más físicamente que WooHyun. Ambos se preguntaron qué era lo que atormentaba al niño como para querer dejar a su familia e ir con los vampiros.

- ¿Qué pasa, JaeJoong?

-Es que... en unos días me dejarán salir de aquí.

-Eso es genial, podrás regresar a casa –felicitó WooHyun acariciando su cabeza.

-Yo... ya no tengo casa.

Por un segundo WooHyun quiso abofetearse por soltar un comentario tan a la ligera sin conocer la realidad del pequeño con cara de ciervo, pero tal parecía que ni SungGyu sabía de ello.

-Me enviarán a un huerfanato –murmuró equivocando las palabras, comprensible para un niño pequeño que pasó más tiempo en el hospital que en su casa o asistiendo a la escuela.

-¿De qué hablas? No pueden enviarte a un orfanato, tu madre tiene tu custodia. Ella vendrá por ti.

La madre de JaeJoong era una mujer un tanto extraña, cuando SungGyu la conoció hacia casi un año cuando el menor llegó con una fractura en su brazo y una anemia grave, la vio unos días contados visitando al niño pero nunca demostró preocupación genuina o bien amor por el infante. Era algo molesto porque él mismo amaba a JaeJoong desde que lo conoció.

- Mamá..., ella nunca volvió por mi. Desde que me dejaron aquí en el hospital ella no volvió.

El dueño del burdel quiso saber el nombre de la mujer que se atrevió a abandonar a un niño tan encantador como lo era JaeJoong, aunque por otro lado quizás no debiera hacer otra cosa si no agradecerle, de no ser así no hubiera conocido a JaeJoong.

❥Burdel Vampiro | ➳[WooGyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora