Enfermo

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La familia entera se propuso a esperar la llegada de Marou, quien sería el encargado de tratar a Fuutarou y ver lo que pasa con el para que esté sintiéndose de esa manera y diagnosticar su posible problema.

Raiha e Isanari parecían cuerdos ante la situación, o eso querían aparentar para no darle más preocupación o presión a las hermanas y pequeña niña.

Por el lado de las ya mencionadas, Miku se veía totalmente preocupada por lo que pudiera estar pasándole a Fuutarou, pues fueron golpes mentales muy repentinos, Nino parecía mantenerse fuerte a la situación pero igual de podía ver la tristeza y preocupación en su rostro. Ichika intento guardar la compostura por Kana, que estaba en el cuarto de su padre esperando a que despertará.

La reacción de Fuutarou los tenía a todos muy sorprendidos. Pero poco podían verificar por si mismos.

Kana se quedó con su padre por la preocupación, era la primera vez que lo veía en toda su vida y sentía curiosidad por el. ¿Sería el tipo de hombre que decía su madre que era? ¿Dónde había estado todo este tiempo?.

Su madre siempre le hablo muy bien de el, jamás dijo algo fuera de lugar y parecía recordarlo con basta alegría. Cuando preguntaba por el ella le contestaba "Estoy esperando su regreso para que podamos ser una familia".

Al ver a su padre en ese estado, pese a no conocerlo le daba un dolor en su pecho.

— Por favor papi, permíteme conocerte —

Kana se recostó junto a el, a la vez que lo abrazaba esperando que el despertará para por primera vez en toda su vida.... Saber lo que era el calor de papá.

(...)

Habían pasado alrededor de dos horas, para que el famoso Marou llegará por fin al apartamento de los Uesugi.

Al entrar, noto la basta mirada de preocupación y dolor de sus hijas, se confundió al instante al verlas de ese modo. ¿Qué es lo que había pasado?.

— Isanari, ¿Qué demonios paso? — Marou se acerco a su amigo de la preparatoria, confundido por la repentina llamada de sus hijas y las expresiones en su rostro — Miku me llamo y parecía que le hubieran disparado a alguien —

— Es un poco complicado de explicar Marou, pero no es algo completamente lindo de escuchar — Isanari respondió, a la vez que tomaba de los hombros a Marou — ¿Me prometes guardar la compostura? —

Isanari decía eso, ya que Fuutarou al desaparecer sin dejar algún rastro, le causó una ira imaginable a Marou. Ya que había dejado a sus hijas como si nada con una gran responsabilidad.

Desde ese día, el juro golpearlo con toda su fuerza la primera vez que lo volviera a ver. Ya que sus hijas habían sufrido bastante en su ausencia.

— Está bien, te escucho —

— Mi hijo está aquí — Al decir eso, Marou mostró una mirada escalofriante — Te dije que guardarás la compostura —

— ¿Dónde está? —

—Desmayado en su habitación, pero antes que hagas una idiotez. Por favor escúchame —

Marou dio un suspiro, mientras se sentaba en la sala aún con adrenalina pasando por su cuerpo. ¡El hombre que había causado tanto dolor estaba en esa misma casa!.

Pero no podía olvidar que era hijo de su amigo, quien estuvo apoyando a las chicas como si fuera un segundo padre. Los progresos que habían alcanzado se lo debían a el, quien negó que sabía del paradero de Fuutarou.

— Marou, se que probablemente me odiaras por lo que te voy a decir — Isanari lo vio seriamente — Pero te he estado mintiendo todos estos años —

MaydayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora