E L C H I C O 👤

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Pasaron varios días desde el encuentro en la cafetería con Lía, ahora se podría decir que eramos mejores amiga y la pasábamos por ahí, en el cine, en librerías, en algunas plazas, Lia vivía fuera de la residencia en su propio piso con unos amigos, hoy harían una fiesta y yo estaba invitada.

Me encontraba en la habitación de Lía, a decir verdad tenia bastante dinero, la casa era enorme, hasta se veía la playa desde su habitación, la cual no era pequeña. La cama con sabanas blancas y un cabecero con pedrerias era lo mas vistoso en el centro de la habitación entre algunos muebles de perfumes y maquillaje.

—Ponte este —dijo tendiendome un vestido de satén negro.

—¿No es demasiado? —cuestione agarrando el vestido.

—Yo llevo ese —respondió señalando un vestido bastante corto y escotado de color rosa fucsia.

Decidí no decir nada más y me dirigí hacia el baño a cambiarme. El vestido era un poco mas corto de lo que normalmente estaba acostumbrada a llevar pero no estaría mucho en la fiesta así que por no formar una pequeña discusión acepte.

—Te queda perfecto —dijo Lía desde el tocador. A decir verdad se estaba haciendo un maquillaje de colores rosas precioso el cual resaltaba el moreno de su piel.

—Gracias —respondi algo apenada, casi nunca me decían cosas así aunque fuese una amiga.

—Ponte esos tacones.

—No se andar en tacones, prefiero llevar mis converse.

—Ponte esos tacones —repitió. —Te quedarán súper bien.

—Lía no es gustan los zapatos de tacon, dejame llevar los míos.

—Esta bien, pero para la próxima te pones zapatos de tacon.

—Eso ya lo veremos —dije riendo mientras me sentaba en la cama, era mi turno con el maquillaje. Me hice un delineado no muy notorio y ya estaba lista, en un vestido que nunca pensé que usaría y con un delineado que apenas se veía.

Bajamos la gran escalera de cristal que se encontraba en mitad y de la sala y fue entonces cuando empecé a visualizar a toda la gente que había y que no duraría ni una hora aquí.

Al terminar de bajar las escaleras me dirigí a la cocina a por un vaso de agua, había perdido a Lía y estaba sola, con un vestido cortisimo y rodeada de desconocidos.

—Te veo perdida —me dijo un amigo de Lía pasando un brazo por encima de mi hombro.

—Estoy bien —dije intentando quitarme su brazo de encima.

—¡Ey John! —grito el chico. —¡Ven con los demás, tengo una amiga!

—No me conoces, no soy tu amiga, no quiero que me hables, sueltame.

—Oh si, ya veo—dijo un chico bajito de pelo negro. —Una amiga. ¿Cuál es tu nombre preciosa? —pregunto acariciando mi mandibula.

—Para ti no tengo nombre —conteste intentando marcharme.

¿Donde coño estas Lía?

—Eh John deja de tardar, Mike ya esta aquí, somos los tres o ninguno —volvió a gritar el chico.

Otro chico el cual creo que se llama John llego. El primero me tenía sujetada por el hombro y el segundo el cual se llama Mike me tenía agarrada de la mandibula, John no hacía nada.

—Es muy niña —crítico John, se veía el mayor de todos.

—Claro que lo soy, soy menor.

—Eso ya lo sabíamos —espetó Mike.

—Vamos al coche.

Y sin mas me intentaron llevar a no se donde, forcejeaba para poder safarme de los agarres de los tres chicos los cuales se me habían acercado sin motivo alguno y los cuales no me dejaban ir. Estábamos saliendo por la puerta trasera camino al coche el cual se encontraba con una puerta abierta por un cuarto chico justo cuando alguien intervino.

—Eh Jake, deja a mi novia —se acerco un tío alto con el pelo negro y ojos azul cielo.

—Vamos tío, esta no puede ser tu novia, muy bonita para ser verdad —dijo burlándose.

—Que personas como tú no puedan conseguir pareja por actitudes como ésta no significa que mi novio no pueda estar conmigo —dije siguiéndole el rollo al chico, si podía conseguir sacarme a estos tres de encima le haría caso.

—Vamos Jake, ella misma te lo ha dicho, es mi novia, no la molestes sabes que mi padre te puede encarcelar, no creo que eso te convenga —no basto más para que ese tal Jake me soltase y se marchara con sus amigos.

—¿Tu padre es policía?

—El mejor de la zona —respondió el chico orgulloso.

—Gracias por ayudarme, no sé ni lo que he echo para que se me acercarán.

—No has echo nada, son así, si pueden hacerle algo a alguien lo harán.

—¿No deberían de estar en la cárcel?

—Si, pero no tienen las suficientes pruebas.

—Yo soy una clara prueba.

—Eso no sirve —declaró para después marcharse.

#

Después de más de una hora dando vueltas por la casa conseguí encontrar a Lia besándose con un chico rubio, no era feo pero no pensé que fuese su tipo.

No quise molestar así que sin más me senté en un sofá blanco el cual tenía pinta de ser carisimo y saque el móvil del bolsillo, jugar tetris en una fiesta de la universidad siempre fue opción.

Al cabo de un par de minutos un grupo de chicos se sento cerca y pude visualizar al peli negro de antes.

Tienen droga.

—Ey ven aquí —me llamo el chico de antes. —No soy como Jack puedes venir, estos son mis amigos.

Me acerque no muy convencida y tome asiento en el suelo, todos estaban sentados ahí.

—¿Eso es droga?

—Si, ¿Quieres? —pregunto ofreciéndome un poco.

—Oh no, yo no fumo ni bebo, mucho menos me drogo —conteste mientras negaba con la cabeza.

—Que pena, bueno más para nosotros.

—¿De verdad que no quieres? —pregunto un chico rubio. Yo solo negué. —Vamos, vivir un poco no te matará.

Y no se ni como  ni cuando termine aceptando y perdiendo la consciencia de mis actos y de mi cuerpo con estos chicos.

La Vieja Tienda De GuitarrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora