O T R O D I A ?

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Después de lo sucedido ayer me quedé dormida en el suelo del cuarto de Luke y por lo que veo he amanecido aquí.

Me levante del suelo y vi a Luke dormido en su cama, salí en silencio de la habitación ya que no lo quería despertar y cuando llegue al salón, sorpresa, otro chico dormido, Reht.

Me senté en una de las sillas que estaban junto a la mesa del salón y encendí la tele, otra vez, el canal del tiempo y otro día aquí encerrada, con el temporal de ayer se había echo imposible quitar la nieve de las calle y hoy el día estaría peor que ayer.

Genial otro día más encerrada con cuatro tíos.

—Genial otro día más contigo aquí —dio una sonrisa de lado un Reht recién levantado.

—Si tampoco me encanta la idea.

—No no, si esta bien, lo siento por lo de ayer, esque...

—No hace falta que des una explicación, mejor lo olvidamos y ya —me di cuenta de que estábamos susurrando. —¿Por que susurramos?

—Porque me acabo de despertar y los demás están dormidos aún.

—Si es verdad, ¿Te apetece desayunar? —pregunte con una mano en el estómago. Tenía mucha hambre, me paso todo el día comiendo.

—Si vamos —se levanto del sofá y me di cuenta de que no tenía camiseta, inmediatamente me gire y el empezó a reir. —Oh Vamos ¿Nunca has visto a un chico sin camiseta?

—Si pero respeto tu privacidad.

—Puedes mirar —no hizo falta que dijese nada más porque ya había girado sobre mis talones.

—Vamos a desayunar me muero de hambre.

—Ven aquí —me alzó en el aire y me cogió sobre su hombro como si fuese un saco de patatas y empezó a andar hacia la cocina.

—Bajame, se me sube la sangre a la cabeza.

—El viernes se te subió otra cosa —se burló bajándome de su hombro.

—Dime que no fue el vestido —hable nerviosa y algo preocupada. La verdad no me hace ilusión que personas las cuales no conozco me vean las bragas.

—No fue el vestido —sino reprimiendo una risilla.

—Callate y haz ya el desayuno —di un pequeño golpe a su hombro.

—La próxima vez que me digas que me calle lo haces tú al igual que él desayuno.

—No pienso hacer nada, ayer os limpie el salón no soy una criada, soy una chica a la cual drogasteis y termino en vuestro piso.

—Cogiste la droga tu sola —protestó Reht.

—Si al igual que tu vas a coger la sarten y te vas a poner a hacer tortitas.

—Te puedo hacer otra cosa si quieres.

—Muy gracioso, empieza ya a cocinar o hago como Rapunzel y te pego con la sarten en la cabeza pelirrojo.

—Se supone que es una amenaza.

—Da igual lo que sea solo haz el desayuno por favor.

—Si te callas empiezo a prepararlo —no tuvo que decir nada más porque enseguida me calle y empezó a preparar unas tortitas las cuales le quedaron deliciosas.

—Buenos días —llegó Cass a la cocina.

Genial otro sin camiseta, estos chicos parece que no tienen ropa.

—Hola —le di un abrazo. —Perdon eso para cuando tengamos más confianza.

—Oh no pasa nada, me hacia falta un abrazo de todos modos, cuando vives con tres tíos más es difícil conseguir uno.

—Oh en ese caso yo puedo darte los que quieras.

—Yo quiero uno también —dijo Beck al llegar a la cocina.

—¿Alguien más quiere un abrazo? —grite a la nada. —Voy a poner un puesto de abrazos en alguna parte de la casa, cinco euros por abrazo ¿Quien quiere uno?

—Te diría que yo pero ya te debo una guitarra —me extendió un vaso con zumo Reht.

Pasamos un rato más charlando en la cocina e informamos a los chicos de que estaría aquí un día más, a decir verdad eran divertidos, me contaron algunas cosas sobre su vida y de como se les ocurrió lo de la banda. Cass se escapó de casa a los quince y desde entonces vive solo, a Luke lo echaron a la calle por las drogas, Beck fue a estudiar pero no le gustó y se quedó con estos chicos y Reht, el ya vivía aquí antes con otros compañeros y decidió echarlos para que se quedasen los que ahora son los 4boys.

Cantaron algunas canciones y me enseñaron el piso un poco más, tenían una estantería llena de libros en el cuarto de Reht, mi habitacion favorita. Tenían un pequeño estudio con la batería, el bajo y algunos micrófonos.

—¿Y bien? ¿Que te parece? —pregunto Luke tirado en el sofá con un cigarro entre sus dedos.

—Del piso que es más grande de lo que pensaba y de vosotros pues... no sé.

—No somos como pensabas —dijo obvio Reht.

—Reht se que de estos tres y yo, yo soy tu favorita así que callate.

—Te dije que a la próxima lo hacías tu, así que, o me callas o haces mañana el desayuno.

—¿Quien te ha dicho que para mañana voy a estar aquí? —pregunte levantando una ceja.

—El canal del tiempo.

—¿Duermo en el sofá verdad?

—En el sofá duermo yo —protestó Reht. —Duerme en mi habitación, yo no la utilizo.

—¿Por que duermes en el sofá? —pregunte curiosa.

—Me gusta más.

Y con ese me gusta más y con unas pizzas horneandose pase otro día aquí encerrada con estos cuatro chicos los cuales parecen ser mejor compañía de lo que pense.

La Vieja Tienda De GuitarrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora