E L D E S A Y U N O🥞

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Desperté en la cama de Reht, como bien me dijo el prefería dormir en el sofá y la verdad es que no entiendo porque, su cama es mucho mejor que la que yo tengo en la residencia, oh y ahora que menciono eso, hoy no podré ir a clases, sigo aquí encerrada y ya mañana al fin seré libre.

Me levante de la cama y fui a la cocina, a diferencia de ayer hoy estaban todos despiertos y tomándose una taza de café.

—Te estábamos esperando —dijo Cass en cuanto puse un pie en la cocina.

—¿A mi?

—Si a ti —contesto Luke.

—¿Por que?

—Te toca hacer el desayuno —apareció Reht con una taza de café para mi.

—¿No lo puedo hacer mañana? —pregunte intentado escaquearme, la verdad es que no se me da muy bien cocinar.

—Si mañana cuando no estés —bufo Reht.

—Deja de protestar niño de mamá y empieza a cocinar —dije riendo.

—Si sigues así te cocino a ti y te vendo a un canival.

—Si claro —bufé cruzandome de brazos. Reht dio una sonrisa de lado.

—Reht no seas malo —dijo Beck riendo.

—Votos para que Reht haga el desayuno —dijo Luke levantando la mano y todos los demas después.

—Hoy en otro capitulo más de Reht el chef, cocinara tortitas porque es un señor muy repetitivo —me burle de él.

—¿Que le gustaría desayunar señora acoplada? —pregunto sarcástico.

—Callate pelo teñido.

—Reht  haz lo que quieras, Alana vamos al salón —dijo Cass.

Acompañe a Cass al salón y nos sentimos en el sofá.

—¿Tienes ahí tu móvil? —pregunto sin mirarme.

—Eh si pero no creo que tenga batería.

—Puedes ponerlo a cargar y después dármelo y así podrás tener nuestro número, por si algún otro día se te antojan drogas, o limpiar este sitio —dio una risa baja por lo ultimo que dijo.

—No pienso limpiar esto más, quizás molestar a Reht si, pero limpiar no.

—Si te piensas quedar aquí vas a tener que cocinar —apareció Reht con un plato de tortitas.

—¿Por que me iba a quedar aquí? —pregunte algo confundida.

—Porque ayer tu amiga Lía o como se llame me llamó para decirme que tus cosas están en su casa.

—¿Por que mis cosas están en su casa?

—Supongo que ni en la residencia te quieren —dijo riendo, cosa que no tuvo gracia y le tire un cojin a la cara. —¿Eh que te pasa?

—Que se supone que yo me quedaría en una residencia y no en la calle.

—Puedes quedarte aquí —ofreció Beck.

—Genial —bufé.

—Oh Vamos llevas aquí tres días y Reht te debe una guitarra, habla con tu amiga esa y vente, prometo que no te pondremos a limpiar.

—Tampoco iba a hacerlo, llámala y dile que traiga mis cosas, en una semana me habré ido —afirme.

Me levante del sofá y fui al cuarto de Reht el único de los cuatro que no utilizaba su habitación.

—Vamos no pasa nada, si no te hicimos nada drogada, sin drogar menos, eres una furia —llegó Reht a la habitación.

—¿Y esto a ti ahora por que te interesa? —pregunte desde su cama.

—Nunca fue mi intención que nos llevasemos mal —,yo suspiré.

—¿Se supone que lo hacemos?

—Si que te cuesta pillar las cosas —bufo. —Puedes quedarte esta habitación si quieres —ofreció. —Pero yo puedo venir cuando quiera a lo que quiera.

—Si como digas, siempre me puedo quedar el sofá.

—Ya hablamos sobre eso la primera vez que te quedaste aquí a dormir.

—Realmente la primera vez que dormi aquí fue en el sofá, recuerdo haber amanecido allí.

—Es suyo, déjalo —dijo Luke desde la puerta.

—Dios ¿sois inseparables o que? Donde va uno van los otros.

—Un poco  —apareció Beck.

—Vale esta bien, ya estoy bien, la verdad he durado menos en la residencia que en una relación amorosa y mira que es difícil —bufé.

—Mira quién es ahora la que bufa —dijo en un tono burlon Reht.

—Callate.

—¿Solo sabes decir eso o que?

—¿Podeis iros? Se supone que ahora es mi habitación.

—Nuestra —corrigió Reht. —Era mía primero.

—Dios —suspire y me pase la sabana por encima de la cabeza. —Hasta mañana.

—Ni si quiera has desayunado.

—Una comida menos.

Me habían echado de la residencia y no sabía el porqué, estos chicos me habían dejado quedarme en su casa sin conocerme y Lía y mi madre probablemente estarían ideando un plan para matarme cuando me viesen, soy desastrosa.

—Te espero para comer —Reht no dijo nada más y escuche como se cerraba la puerta.

Al fin un rato sola, cuando pasas varios días con cuatro desconocidos es difícil estar sola aunque sea un minuto.


La Vieja Tienda De GuitarrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora