Extra 3: Una promesa

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El cítrico y concentrado aroma de las naranjas llenó la nariz de Renjun de pronto, envolviendo la habitación de su bebé más pequeño, quien yacía acostado y calmado, cómodo en la cuna que hacía mecer con una mano. La adorable naricita se arrugó, porque el repentino olor a alfa envolviendo su territorio le disgustó. Aunque no hizo un berrinche, porque después de todo era una fragancia bastante familiar.

—Hyung, creí que llegarían más tarde —se giró esperando ver a Xiao Dejun parado en la entrada del cuarto del bebé, pero lo que encontró fue el cuerpo de su hermano apoyado en el marco de la puerta, con una de esas sonrisitas adorables que dejaba al descubierto sus encías—. Creí que eras Dejun ge, apestas a él.

Yangyang se rió, porque era verdad, todo su cuerpo emanaba a alfa, su característico aroma de coco siendo escondido, casi imperceptible, pero ahí estaba si ponías real atención. —Lo sé —murmuró feliz, sin dejar de sonreír, levantando una mano para llevarla al cuello de su camiseta y estirarla un poco, dejando al descubierto la razón del porqué el olor de Dejun estaba tan marcado en él. Una marca yacía bien acomodada en su cuello, todavía algo rojiza, visiblemente reciente, brillando y algo hinchada. Todavía no se veía bonita porque estaba muy fresca, pero de cierta forma tenía algo lindo.

Renjun abrió los ojos y se cubrió la boca con una mano en completa sorpresa, sin poder creerlo del todo, escuchando a Yangyang reírse por su reacción. —No puede ser... creí que no tendrían marcas porque querían una relación libre o una mierda así.

—¡Hyung! El bebé —el omega menor regañó en una carcajada, caminando para acercarse a la cuna, donde el mini alfa movía sus extremidades feliz de ver a su tío, sonriendo hacia él—. Ven aquí, precioso.

Yangyang sostuvo al pequeño Jaesook, abrazando su cuerpecito con cariño, escuchando los balbuceos felices del mini alfa por la atención de un omega antes de sentir en su palma abierta sobre su espalda una vibración y un sonidito que pudo haber sido un gruñido, pero sonó más como una queja berrinchuda.

—Ah ya veo, no te gusta el olor de tu tío Dejun sobre mí —Renjun incluso se rió por el rostro enfurruñado de su bebé, celoso por el aroma de otro alfa sobre su tío omega. Lo alejó de su cuello, alzándolo frente a su rostro—. Tranquilo pequeño alfa, él no significa nada para mí, tú serás el único bebé, ¿si?

Jaesook pareció satisfecho, porque rió feliz y después estiró los brazos de nuevo hacia él para que lo abrazara, obteniéndolo de inmediato como el alfa consentido que era. Después pasó su mejilla por su cuello, como un vano intento de impregnar su aroma en él en una toma posesiva. Una sutil fragancia a galletitas recién horneadas.

—¿Y entonces...?

Yangyang se encogió de hombros, dejando que el bebé hiciera de las suyas porque era tan bonito que no podía negarle nada. —Dejun ge y yo hemos estado saliendo por largos siete años, cada uno cada vez más feliz. Hemos sido libres, no nos unían marcas, ni anillos, solo éramos él y yo juntos porque nos queremos... así que... sólo quisimos hacerlo más real.

—Una marca...

—Significa más que unión eterna, significa compromiso y promesa. Queremos estar juntos hasta que ya no queramos rehacerla.

—Eso es lindo.

—Además, estoy embarazado.

Eso tomó a Renjun por sorpresa, quién abrió mucho los ojos ante la forma tan sencilla y casual de decirlo, como si estuviera hablando del clima, tirando la noticia de golpe después de un monólogo sobre una promesa incierta. —Qué... ¿de verdad?

—Toda la mierda que dije sobre compromiso eterno, no creíste que sería tan cursi, ¿verdad? —Se carcajeó con ganas, sosteniendo bien al bebé porque se inclinó un poco hacia adelante por ello— ¡No todo era broma! De verdad queremos seguir juntos por mucho tiempo más, pero la principal razón de la marca es porque Dejun ge se puso en modo alfa protector con ambos.

cappuccino candy | norenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora