Day Seven

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Su vida siempre fue rutinaria en todo sentido.

Despertarse, desayunar con su padre y hermanos, asearse e ir al colegio. De allí era estudiar, regresar a su casa, almorzar, hacer tareas, clases de piano los lunes, miércoles y viernes, mientras que los martes y jueves clases de inglés. Y por último cenar, lavarse y dormir.

Esa fue su rutina diaria por toda su vida educativa hasta que llegó a la universidad y se mudó con su mejor amigo a un departamento alejándose de su familia.

Allí toda su rutina diaria cambio por completo, a veces tomaba desayuno, otras simplemente tomaba una taza de café cargado para no caer dormido. De allí siempre almorzaba porque su hermano menor siempre lo obligaba a hacerlo.

No cenaba, solo comía uno que otro bocadito de por allí para finalmente amanecerse estudiando.

Era una rutina que no le desagradaba pero tampoco le encantaba.

Pero nuevamente cambio cuando conoció a su enamorado y después de dos años de relación se mudaron juntos. Al conocerlo su rutina cambio olímpicamente.

Por las mañanas se levantaba con besos y caricias, de allí un desayuno hecho por su enamorado que estudiaba para ser chef, luego salía a sus clases de último ciclo.

A la hora del almuerzo siempre iba a la casa en donde le esperaría un plato nuevo cada día para que solo lo calentará y pudiera disfrutarlo.

De allí de nuevo a clases y al final de la noche una sesión de mimos por parte de su enamorado, un baño y a dormir.

No había mejor rutina que aquello.

Y esa era una mañana como siempre, siendo despertado por unos suaves besos en su rostro

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Y esa era una mañana como siempre, siendo despertado por unos suaves besos en su rostro.

— Baam basta, quiero seguir durmiendo es sábado.

En ves de recibir una respuesta recibió más besos, aquello lo extraño y abrió sus ojos poco a poco viendo que lo que sentía en verdad eran besos de un pequeño gato rojizo.

— ¿Un gato?

Miro a su alrededor buscando a su pareja y queriendo saber porque había un gato, cuando nunca había tenido uno.

Seguro su pequeño sol había metido uno por lluvias de ayer, estiró su mano y lo acarició para que se relajara.

Espero que el aroma de desayuno matutino lo invitará a levantarse, pero no hubo. Dejó que pasaran más minutos y no había nada.

— ¿¡Baam!?

Gritó el nombre de su pareja, ya un poco temeroso levantándose al mismo tiempo de la cama para caminar hacia el primer piso de su duplex.

Espera ¿Dúplex? El vivía en un departamento de un solo piso. Aún más extrañado que antes bajo más rápido.

Al llegar a la primera planta no había nadie, busco en la cocina, lavandería u otros cuartos. No había nada de nada.

Blue and Gold [ᴋʜᴜɴʙᴀᴍ ᴡᴇᴇᴋ2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora