Día 3: Atrapados juntos

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Habían convocado algunos héroes profesionales a un evento privado en unos de los edificios más prestigiados de la ciudad. Bakugou Katsuki iba en camino a la suit en el último piso donde se llevaba a cabo el evento. Después de una lucha interna en si usar una corbata o no, se dirigió a un elevador, se adentró y presionó el botón del piso al que iba. Mientras la puerta se cerraba, una mano la detuvo.

—¡Espera!— exclamó aquella chica castaña que venía corriendo para alcanzar el ascensor —Pensé que no lo lograría— susurró mientras recuperaba su respiración.

El rubio observó curioso, y en un instante reconoció a la persona.

—¿Uraraka?— preguntó incierto.

La mencionada volteó a verlo y con la misma sorpresa preguntó su nombre —¿Bakugou?

El ambiente se tornó tenso, estos dos llevaban años sin hablarse después de haber tenido una complicada ruptura. Habían sido pareja en sus tiempos de escuela, las cosas iban bien en sus tres años de noviazgo, hasta que el miedo por el futuro, las inseguridades y su poca madurez, los llevaron a la ruina, a tal punto de que después de graduarse, no volvieron a verse nunca más. Hasta ahora.

Podía con esto, en aquel tiempo ellos eran simples adolescentes, ahora a sus veintisiete, son capaces de lidiar con este tipo de situaciones. Aún así, el incómodo silencio que hubo entre ambos después de intercambiar un par de la palabras, invadió la atmosfera.

"Este será un día largo" pensó el rubio evitando tener contacto visual con su ex. Su pequeño viaje en el ascensor se hacía eterno, y lo peor estaba a punto de comenzar.

De pronto el elevador se detuvo, provocando un pequeño temblor que agitó a ambos.

—¿Qué fue eso?— preguntó Uraraka sosteniéndose de algo.

—Seguramente es una simple falla— habló Bakugou que sentía que las cosas no podían empeorar.

Buscó el botón para pedir ayuda y lo presionó, con la esperanza de que respondieran a su llamado.

Nadie respondía, él simplemente decidió hablar, ya sea si lo escucharán o no.

—Nos encontramos atascados en el elevador, traigan ayuda pronto— y seguía en silencio —. Tsk, estúpido edificio— se recargó frustrado en una de las tres paredes.

—Vendrán a rescatarnos, tranquilo— la castaña intentó controlar la situación. Si iba a estar encerrada con alguien, preferiría que las cosas estuvieran en paz. Tristemente ese alguien era su ex con un temperamento explosivo al igual que su quirk.

—Rescatar a unos héroes, que patético— rió con sarcasmo.

—Es mejor esperar, a que ocurra alguna otra cosa. Que un elevador se detenga no debe ser tan grave.

Quizás la situación no lo era tanto, o al menos eso pensaban porque encerrados no lograban escuchar todo el ajetreo que había en el edificio, especiales en el lugar del evento.

Un ataque terrorista era el responsable de que el ascensor se detuviera. Y a pesar de que los héroes en la reunión fueran profesionales, los terroristas se encontraban drogados para aumentar el poder de su quirk y todos de habían vuelto prisioneros, excepto por nuestros dos héroes.

—Entonces también fuiste invitada— Bakugou trató de iniciar una conversación.

—Sí, vaya sorpresa que nos reencontremos, y más en esta situación.

—Toda una enorme coincidencia, por algo ocurren las cosas ¿no?

—Puede que tengas razón, tal vez sea por eso que había estado pensando en ti, últimamente.

—Que loco, justo soñé contigo anoche.

—Katsuki— al llamarlo por su nombre, un escalofrío recorrió por todo su cuerpo —, ¿por qué terminó así?

—Pues veamos, hay idiotas que no saben hacer su trabajo y no hacen bien el mantenimiento...

—No, me refiero a nosotros, nuestra ruptura.

—¿De verdad quieres hablar de eso? Digo, ya pasaron diez años, las relaciones no son eternas.

—A mí me hubiera gustado que la nuestra sí lo fuera— suspiró con nostalgia, recordando esos bellos momentos que pasaron juntos, unos recuerdos tan borrosos, que aún seguían ahí, cautivando su mente.

—Como dije, por algo ocurrió, quizá ahora estés casada y no hubiera sido posible conmigo a tu lado.

—No sé como se te ocurrió eso, pero no estoy casada.

—¿Ah no? Bueno, era una posibilidad.

—¿Si hubiéramos seguido juntos, estaríamos casados ahora?

"¿Casarme contigo? Eso hubiera sido increíble" quería decirlo pero mejor prefirió quedarse callado.

Ella había sido la única chica de la que se había enamorado, no había tenido otra relación seria en su vida.

Aún soñaba con ella, y se sentía todo un perdedor porque de seguro de había olvida de él. Pero mira ahora, ambos están encerrados, solos, sin creer que después de tantos años se seguiría viendo tan hermosa y aún más con ese vestido negro de cóctel. Siempre pensó que ese color le quedaba bien.

No era el único que tenía esas ideas. Al verlo nuevamente, quería decirle lo bien que se veía con traje, y decirle lo mucho que lo extrañaba. Ni uno ni otro se atrevía a decir aquello, habían quedado en buen acuerdo después de romper pero el orgullo no los dejaba encontrarse.

Ambos voltearon a verse, observando la mirada del otro se sentían de vuelta en sus días de escuela. ¿Podría ser esta una gran oportunidad?

—Ocha...— trató de romper el hielo una explosión que causó otro temblor los aturdió y un grito de ayuda se escuchó.

—¡¿Qué está ocurriendo?!— gritaron al unísono.

Al haber sido rota una de las paredes que bloqueban el sonido, comenzaron a escuchar todo el ajetreo del edificio.

—¡Tenemos que salir de aquí!

—Usa tus explosiones.

—¿Y si se rompe el cable que sostiene el elevador?

—¡Explota la puerta! Y yo haré flotar el elevador hasta que lleguemos a un piso.

—Está bien, confío en tu plan.

Con el mayor cuidado posible, explotó la puerta para lograr abrirla, como era de esperarse, se encontraban en medio de dos pisos. Uraraka tocó el piso del ascensor, comenzando a subir lentamente.

—Un poco más, ya se ve una puerta.

En cuanto se alinearon ambas salidas, Bakugou volvió a hacer una explosión, abriendo exitosamente un camino.

—Ven tu primero— le tendió su mano para que la sostuviera.

—Pero tengo que seguir sosteniendo el ascensor.

—Lo tengo todo bajo control, confía en mí.

Tomó su mano, y rápido salió de ahí, desafortunadamente, el ascensor comenzó a caer con Bakugou dentro.

—¡Katsuki!— gritó desesperada.

Sin darse cuenta, Bakugou se encontraba arriba, sosteniéndose de las cuerdas que sostenían el aparato.

—No llores por mí, mejillas— saltó a la salida, parándose a lado de la castaña.

—Por un momento creí que te volvía a perder— lo abrazó con lágrimas recorriendo su rostro.

—No volverás a perderme, te lo prometo— acarició su cabello, tranquilizándola —. Es mejor que nos demos prisa, algo malo está ocurriendo aquí.

Corriendo por los pasillos buscando las escaleras para subir a la suit que estaba a dos pisos. Al llegar, vieron varios guardias en la entrada, definitivamente se trataban de villanos. Con cautela, se infiltraron dentro de la sala, deshaciéndose de los guardias, uno por uno.

Al entrar, habían más de ellos y los héroes atados sin poder moverse, se veían muy peligrosos, pero no había nada que ellos no pudieran hacer, estaba en sus manos salvarlos.

Kacchako Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora