Kacchako Week 2021

Día 6: Travesuras

—¿Quieres meterte en problemas, cara redonda?— sonrió malicioso.

—¿A quién no le gusta un poco el peligro?— respondí atrevidamente, dejándome llevar por sus tentaciones.

Faltaban veinte minutos para la hora del descanso, me encontraba concentrada respondiendo los ejercicios que había dejado el profesor. Mi serenidad y la de todos, fue interrumpida cuando el subdirector entro azotando la puerta y empujando a un estudiante hacía el aula.

Como siempre, Bakugou Katsuki se metía en problemas.

—¡Profesor Aizawa! Es la quinta vez en el mes que encuentro a este rufián bandalizando los salones.

—¿Ahora qué ha hecho?

—Esta vez, estaba rompiendo botellas de vidrio con un bate ¡que robó del club de béisbol! ¡Una conducta completamente inaceptable! Merece ser suspendido.

—Pienso que eso deberíamos hablarlo después con el director, ahora deje que mi alumno tome su clase como es debido.

El rubio hizo un gesto de superioridad, se sentía intocable porque su tutor era el profesor Aizawa, alguien estricto pero compasivo con los alumnos, y también era la mano derecha del director. Ya iban muchísimas veces que el subdirector exigía su expulsión, pero el director siempre tomaba la palabra de Aizawa, sólo había sido suspendido anteriormente.

—Buen intento, viejo— dijo con aires de grandeza.

—¡Eres un delicuente, Bakugou! Algún día tendrás tu merecido, y si no es aquí en la escuela, será allá fuera en el mundo adulto— bastante irritado, se retiró.

—Chicos, sigan con lo suyo— se dirigió hacía la clase que estuvo atenta a todo lo ocurrido — y Bakugou, ya te he dicho que deberías controlar tu actitud.

—¿Qué? Sólo se trataba de un simple travesura.

—Pudiste haberte lastimado con el vidrio roto, no sólo eso, antes has hecho peores cosas. Incendiaste los baños, pinchaste las llantas del auto del subdirector, ¡hasta metiste la podadora al gimnasio! Debo admitir que ahora me pareció ridículo lo que hiciste comparado a lo demás. Quizá por eso te sientes tan seguro que no tendrás una reprimienda porque fue el menor de tus delitos.

—¿Delitos? Me habla como si fuera un ex-convicto.

—Pues si no corriges ese comportamiento, algún día lo serás. Ahora toma asiento, que ya iremos en el descanso a ver al director.

De mala gana, hizo caso y pasó entre los pupitres hasta su lugar en el fondo. No pude dejar de ver toda esa escena, ni a Bakugou, que me miraba mientras llegaba a su asiento.

Admito que me gustaba, de cierto modo me sentía atraída por su aspecto de chico malo. Se veía tan guapo con su cabello despeinado, su uniforme desarreglado pero viéndose con estilo, su mirada cortante que me hacía temblar, su voz ronca e intimidante. Era el chico de mis sueños.

El resto del día seguí pensando en él, en que había pasado, ¿lo habrían expulsado? Esperaba que no pero su historial estaba demasiado manchado, obviamente no lo tomarían por alto.

Casi terminaba el descanso cuando volví a verle a los ojos, tenían un bello color rubí.

—¿Qué hay? ¿Me extrañaste?— preguntó atrevido a lo que me sonrojé —Noté que me veías en clase.

—No te estaba viendo— traté de negarlo pero era obvio que mentía.

—Claro, sólo observabas lo fantástico que soy— dijo echando su cabello hacía atrás —Uraraka, ¿verdad? Te vez muy niña buena como para que te fijes en un delicuente como yo, ¿o acaso...— se acercó demasiado hacía mí, susurrando detrás de mi oído —...también quieres meterte en problemas?

Mi vergüenza era demasiada, mi corazón no dejaba de latir. Bakugou Katsuki me estaba coqueteando, no quería desaprovechar la oportunidad.

—No sé si eso sea muy apropiado de mi parte— sonreí siguiéndole la corriente.

—Estando conmigo no te pasará nada, ¿o temes a que te descubran?

—Suena riesgoso.

—Eso es lo que lo hace divertido— me miró pícaro —, ven, vayamos a hacer unas cuantas travesuras —hizo un gesto con su cabeza para que lo siguiera.

Con algo de temor, le seguí el paso, no podía resistirme a aquel chico malo. Y con el paso del tiempo, yo también me volví problemática.