𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟺 "𝚀𝚞𝚎 𝚌𝚘𝚖𝚒𝚎𝚗𝚌𝚎 𝚎𝚕 𝚓𝚞𝚎𝚐𝚘"

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—Discúlpeme, ¿señor Styles? ¿Señor Styles? ¡Styles, despierte! — Me sacudí y desperté con un grito, por poco y me caigo al suelo

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—Discúlpeme, ¿señor Styles? ¿Señor Styles? ¡Styles, despierte! — Me sacudí y desperté con un grito, por poco y me caigo al suelo.

El señor Monroe, el profesor de Historia, me miraba con desaprobación tras sus lentes negros.

— Muchas gracias por despertarse y acompañar al resto de la clase, señor Styles — dijo con desprecio.

— Lo siento, señor Monroe, no sé qué me ha pasado, no quería quedarme dormido, yo...

Se me rompió la voz al mirar a mí alrededor y darme cuenta que estaba sentado en medio de la clase. La sensación de que ya había vivido esto, me congelo la sangre. Dirigí mi mirada hacia el pizarrón y vi la fecha escrita en una esquina.

«11 de noviembre»

Fue como un golpe en la cara y todo comenzó a cobrar sentido. 11 de Noviembre. ¿Qué? La última vez que vi la fecha era 9 de diciembre. Acababa de ir al funeral de Louis Tomlinson porque se había suicidado y luego yo... había llegado a un acuerdo con la Muerte.

Yo llegue a un acuerdo con la Muerte...

Mierda

— Lo-lo lamento, señor Monroe. Necesito... — Me levante, agarré mi abrigo y mi mochila. Camine desorientado hasta la puerta. — Tengo que...

¿Echarme a correr? ¿Vomitar? ¿Desmayarme? Cualquier cosa sonaba mejor que quedarme solo un minuto más en aquella clase.

Corrí pasillo abajo, todo estaba vacío, con las taquillas de color azul, antes de que se pintaran de plomo. Seguí corriendo hasta los baños de hombres. Abrí puerta por puerta para ver si había alguien más aquí, para mi buena suerte no había nadie. Después de eso me derrumbé arrimándome hacia los lavabos. Trate de regular mi respiración mientras ponía mis manos a cada lado de mi cabeza.

Abrí el grifo y eche agua fresca en la cara. Después, con otra respiración profunda, levante la cabeza y me mire en el espejo sucio y con rallones, esperando al menos reconocerme a mí mismo.

Fue un alivio al ver que todavía era yo, seguía siendo el mismo chico de piel pálida de ojos verde y pelo rizado. Solo que esta vez mí rostro estaba más pálido de lo normal y una expresión de susto. Incluso llevaba puesto el mismo polo de Nirvana que recordaba haber vestido con anterioridad y que la última vez que lo vi fue en el suelo de mi habitación.

Recordaba con claridad el aire de depresión y tristeza cuando nos enteramos de la muerte de Louis, lo vacío y taciturno que había sido su funeral, y por supuesto que también había conocido a su madre, Johannah, y hermana pequeña, Lottie.

Y no había forma, ni siquiera en mis más alocadas pesadillas, de que hubiera podido imaginarme a alguien como la Muerte. Jamás podría olvidar su rostro malicioso al igual de aura que lo rodeaba.

— De acuerdo, Harry — dije en mi reflejo — O has tenido un sueño de locos o esto es real y has viajado en el tiempo.

Me sentí un idiota al hablar conmigo mismo, como si podría hallar respuesta alguna sobre esto. Para mi suerte no había nadie cerca de los baños, como para pasar una vergonzosa situación. Salí del baño, y me apoye en él pared de afuera, apretando los ojos. Necesitaba un plan, pero no pasaba nada por mi cabeza en estos momentos. No se necesitaba ser un genio de lo paranormal, para saber que había leyes sobre viajar en el tiempo y estoy completamente seguro que ya había roto algunas desde que abrí los ojos.

En 27 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora