𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟶 "𝙻𝚊 𝚌𝚎𝚗𝚊 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚙𝚒𝚜𝚘 𝚍𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚒𝚋𝚊"

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"20 días antes"

El piso de arriba de la cafetería Tomlinson's no era ni mucho menos como habría esperado. Era pequeño y angosto, el salón tenía las dimensiones de una postal y estaba amueblado con un viejo sofá, una mesita en el centro y un televisor que parecía un viejo modelo de los años setenta. Había una mesa larga con un bonito mantel de encaje en el comedor y las ventanas que se encontraban tras ella estaban cubiertas por cortinas gruesas de color rojo vino.

La cocina, encajada a un lado del comedor, estaba llena de utensilios que parecían viejos, aunque la encimera era de mármol y había una isla en el centro. Más allá de la cocina y el comedor estaba la escalera que llevaba al segundo piso que colindaba con la cafetería del piso de abajo.

Desde luego no era un espacio que se pareciera en nada a lo que yo estaba acostumbrado, y a pesar que tenía ese aire de hogar que echaba falta en el apartamento cinco estrellas de mis padres. Se podía decir que la gente que vivía aquí eran familia y que los recuerdos vivían entre esas paredes.

Me encantaba.

— ¡Woao! – dije, mientras seguía mirando a mi alrededor – Es muy bonito.

Oí un resoplido detrás de mí, no tuve que darme la vuelta para saber que era Louis.

— Sí, claro. ¿Te importaría quitarte de en medio mientras preparo la cena? – Louis resoplo al pasar de largo en dirección de la cocina.

— ¡Vamos, Harry, vamos a ver My Little pony! – chillo Lottie, agarrándome de la mano y tirando de mí para llevarme al salón.

Me senté en el borde del sofá mientras la niña tomaba el control y se ponía a cambiar los canales en la televisión. Johanna y Rose seguían trabajando en cerrar la cafetería, abajo, así que Louis, Lottie y yo éramos los únicos que estábamos en el piso de arriba.

Quería encontrar el momento de hablar con Louis sobre el lunes. Lo que se había dicho durante la hora del almuerzo el otro día con Eleanor Calder daba vueltas en la cabeza, como si fuera una picadura que no me pudiera rascar. Dudaba de que pudiera descansar hasta que al menos hubiera intentado resolver aquel asunto con Louis. Tenía que saber porque se había enojado conmigo exactamente y disculparme si se daba el caso.

Mientras Lottie estaba entretenida con un anuncio particularmente colorido, me levante y fui hasta la cocina, para acto seguido sentarme en una de las sillas que había en la isla central. Louis levanto la vista de los tomates que estaba cortando en rodajas sobre una tabla, me miro y volvió a lo que estaba haciendo.

Me aclare la garganta con dificultad, juntando las manos sobre la encimera.

— Bien. Mmm. ¿Quieres que te ayude con la cena?

No pude verle la cara, pero estaba bastante seguro de que se estaba riendo en silencio a juzgar por el modo en que sacudía los hombros. ¿Por qué le resultaba gracioso que le ofreciera ayuda con la cena?

— No te preocupes – dijo – No estoy más que calentando algunas sobras y haciendo ensalada.

— Oh... mmm.

No sabía cómo empezar con la disculpa. Sabía que no le entusiasmaría que sacara el tema.

— Bien, mmm – Empecé a tamborilear los dedos sobre la encimera, frunciendo el ceño. Tenía que dejar de decir "Mmm" —  ¿Has tenido un buen día?

— El mejor – dijo con sarcasmo.

— Eso, está bien – dije incomodo – Pero mira, en realidad yo quería...

— ¡Oye, Harry! – grito Lottie desde el salón — ¡Ven a ver la tele conmigo!

Louis movió la cabeza hacia su hermana y asintió antes de volverse a mí.

En 27 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora