Hands

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Au time
Kisaki: 17
Hanma: 20

Esta un poco subido de tono

Manos, esas malditas manos con tatuajes en cada una de ellas, que exploran su cuerpo y acarician cada parte de el.
Esas malditas manos grandes y delgadas, con dedos largos, pálidos y rojos en algunas partes, fuertes y rasposas.
Son todo lo contrario a cálido, sus manos eran heladas qué quemaban y electrizaban a la vez que tocaba.

Esas malditas manos lo están volviendo loco.

Porque si, al igual que todos en esta vida tiene una debilidad especifica de su persona amada, un fetiche que le enloquece al tocarlo en ciertas partes.
Ahora mismo estas se encontraban tocando su abdomen y cintura por debajo de esa capucha que traía, se supone la tenia para quitar ese frío de invierno ¿pero como quitar el frío si su hielo favorito lo estaba acariciando? Aunque ya se sentía bastante acostumbrado a esos toques involuntarios y esas caricias raras que se daban.

Se encontraba sobre él regazo de quien le proporcionaba las caricias mientras él hacia una tarea, no era de él obviamente. Le hace la tarea a algunos chicos de su preparatoria por dinero, le pagan bien y sabe perfectamente que no se tardará más de 5 minutos en terminarla, así que se hace unas 20 tareas ajenas aproximadamente por día. Son casi 40.000 pesos por día.
Sintió como esas manos que tanto adoraba subían más de su cintura y abdomen, sintió ese frio tocándole los pezones, eso causo un pequeño gemido y sobre salto de este.

Miro hacia atrás con el ceño fruncido para encarar al chico que le estaba abrazando por atrás.

— Cuidado por donde tocas —regaño al mayor, este le respondió con una bufido mirando hacia otro lado y canturreando lo aburrido que esta.

— No vine aquí a verte como hacer tareitas, ponme atención —volvió a tocar los pezones del menor sacando nuevamente ese gemido que luego se volvió en queja mirándole nuevamente.

— Terminare esta y te pondré atención ¿bueno? —se giro para poner atención a la hoja frente a el.

— mm no —le dio la vuelta al de lentes para que lo mirara y poder besarlo.

Era un beso lento y apasionado como tanto le gustaba a ambos, Hanma giro el cuerpo de su chico por completo para quedar frente a frente. Las manos frías nuevamente tocaron su cintura y ahora espalda, sus caricias subian y bajaban, muslos, espalda baja, cintura, cadera, cuando toco su trasero causó un gemido ahogado que le hizo abrir su boca, el contrario aprovechó ese pequeño momento para adentrar su lengua a la cavidad bocal de su novio. Chocaron sus lenguas y exploraban la boca del otro, respiros, suspiros y gemidos, estaban agitados ambos pero no querían parar.

El mayor se separo un poco para dejar al pequeño tomar aire, estaban agitados ambos y tratando de regular su respiración, aún cuando el estaba tocando cada parte de su cuerpo.

—Shuji... —susurro su nombre mirándolo a los ojos, tenían ese brillo que tanto le gusta— por favor... —le suplicó, el castaño sabía perfectamente lo que quería, pero no se lo diría ya que seria un golpe a su ego.

Hanma dio una suave y corta risa, acechando su cuello para luego besar y morder este mientras sus manos seguían tocando la cintura y amasando el trasero del chico.
El menor tomo los hombros de su amante para poder tenerlo más cerca, si es que era físicamente posible.
El aire a lujuria se sentía en el ambiente y la tensión sexual era tanta que podía ser cortado por un cuchillo filoso, estaban tan sumidos en ellos mismos hasta que unos golpes a la puerta los sacaron de su calentón.

—¿Joven Kisaki? —hablo una señora detrás de la puerta.

—...¿Si? —hablo nervioso, su corazón iba a mil por hora, le dio gracias a cualquiera deidad que se encuentre alli arriba por que su puerta se encontraba cerrada con llave.

— Ya es hora que yo me vaya, su madre llegara dentro de una media hora más —explico desde afuera despidiéndose del muchacho.

— Si señora Tendo, nos vemos mañana —le grito a la señora en despedida y no se movió hasta escuchar la puerta principal ser cerrada, apenas la escucho dejo salir todo el aire que tenia guardado por el miedo, eso causo una gran risa en Hanma— ¿de que te ríes tu? —le miro indignado.

—Debiste ver tu cara, cucarachita —volvió a reír.

—No te lo tomes a risa, si nos hubiera visto no te estarías riendo ahora mismo. Le hubiera dicho a mis padres que estoy con un drogo pandillero de 20 años comiéndome en mi habitación —hablo firme mirando el color purpura.

—¿Cuantas veces te tengo que decir que no me importa lo que diga el resto? —su cara estaba seria al igual que su voz.

—¿quieres ir a la cárcel por colarte en propiedad privada y tocar a un menor de edad que más encima es un chico? —porque si, Hanma había entrado por la ventana.

El teñido sabia bien lo que le podrías ocurrir a su novio si es que los pillaban, era una larga relación de cuatro años a escondidas.

—¿Me seguirás regañando o me dejaras hacer un gol? —tenia las cejas fruncidas y un pequeño puchero, se veía enojado pero el comentario saco una risa.

Al fin y al cabo tenían media hora, luego haría las tontas tareas esas.

Ahora solo quería disfrutar las hermosas manos de su hombre.

No estoy segura al 100% si es que quiero hacer un smut aún.
Coméntenme para más ideas, tambien si es que ven alguna falta ortográfica.

Eso, voten por más <3

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