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—¿Y ésta?

—No me parece, Paloma.

En estos momentos nos encontramos en mi habitación, buscando que ropa ponerme, estoy a una hora de la establecida.

—A ver. —habla mi amiga viendo al clóset. —combina esto, con esto y... —alarga la "y" —esto.

—¿Estas segura?

—Si, te queda lindo, Nahoby.

En fin, eso es lo que decido ponerme, unos jeans ajustados, un top color rojo y unos Nike también de color rojo con decorados blancos; opto por un maquillaje no cargado, algo sencillo.

—¿Y que piensas hacer con tu cabello? —me pregunta con algo de gracia.

—Lo dejare suelto. —me encojo de hombros.

Bueno, creo que estoy lista y aún falta para que Mauro venga por mi. Así que decido quedarme un rato más con Paloma.

—Solo cuidate ¿si? —me dice la castaña volteando su mirada a mí.

—No te preocupes, estaré bien. —le guiño un ojo.

—Demasiado bien. —responde a carcajadas y me golpea el brazo con su codo.

Paloma no podrá estar muy de acuerdo con mi juego con Mauro, pero con tal de verme feliz soporta todo aquello.

—Eres terca ¿Sabias?

—Si soy. —le respondo con pose de diva.

—Aprovecha este finde, por que la escuela comienza el lunes. —se lanza a mi cama colocándose la almohada en su cara.

—Me llaman Paloma claro. —la miro con astucia. —Y por favor no le llames escuela, suena a primaria.

—Estas graciosa, Nahoby. —me lanza la almohada.

—¡Hey! ¡Me arruinaras toda! —se la devuelvo.

—Llora pues, llora. —me saca la lengua.

Yo imito su gesto.

A pesar de tener 17 años, amo nuestras niñerías, mejor dicho, amo a mi mejor amiga.

Aún recuerdo el día en que nos conocimos, teníamos 4 años aproximadamente, yo jugaba en los columpios tratando de mecer lo mas fuerte posible, pero en realidad no podía hacerlo sola, mi fuerza no era la suficiente para impulsarme, además, mi niñera del aquel entonces estaba muy distraída con un chico que también yacía ahí.

Nos salió avispada la niña.

Me frustre mucho y decidí subir al tobogán, el cuál también estaba ocupado, y sí, era por la niña Paloma Arredondo, la cuál también estaba furiosa porque su hermano mayor estaba muy ocupado.

Si así es, mi niñera y su hermano mayor se estaban coqueteando. Que ironía ¿No?

En fin, comenzamos a hablar, ya saben, cosas de niños, e hicimos un lazo de amistad a partir de allí.

¡Ah! También la niña Paloma me empujó por el tobogán muy "accidentalmente" mientras reía a carcajadas. Eso ella jamás lo dice.

Se me hacen las 7:00 pm entre risas y bromas, todo terminó cuando escuché sonar el timbre. Supuse que era Mauro.

Me despedí de Paloma, la cuál se quedo durmiendo en mi habitación, bajé hasta la puerta, abrí y si, era él.

Tenía en frente a mi debilidad, sus ojos negros me encantaban, -no, no-, me fascinaban, su cabello negro también pero risado, su sonrisa, sus labios ovalados y carnosos pero delicados, nuestras alturas eran idénticas, -¿qué? ¿Creían el típico "era mil veces mal alto que yo"? Pues no chiquillos, eso no va conmigo, mido 1.70- una altura apropiada para admirarle mejor.

—Hola.—me saluda con un beso en la mejilla. —¿Estas lista?

—Hola Mau. —arreglo un mechón de mi cabello —Si, si lo estoy.

—Bien entonces.

Cierro la puerta y salgo con el ojinegro. Subimos a su moto -Amo las motos- y nos fuimos a otra de nuestras aventuras.

No mal piensen ¿¡ok!?

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Hola me presento 👉👈😳
Soy su escritora Mary Ann Betania ✌️
Y espero que les este gustando está maravillosa historia, así como a mí me gusta escribirla 💘
Quiero aclarar que se encontrarán mucho con capítulos tanto cortos como largos, pero todo una razón, luego se darán cuenta. Sin quitarles más tiempo, cuídense mucho.
Adeus 💘

Más Allá De Una Vida. [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora