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Después del episodio de esta tarde, estoy en mi habitación con Paloma y su hermano Andrew.

—Todo va a estar bien, Nahoby. —habla el pelinegro recetándome unas pastillas nuevas.

Es mi psicológico y psiquiatra.

—Está bien. —le respondo tratando de evadir el sueño.

Estos ataques me dejan exhausta.

—Andrew, me quedaré aquí ¿si?. —se refiere Paloma a su hermano.

El asiente con un movimiento de su cabeza y culmina para ya irse.

—Notifique ya a tus padres. —abre la puerta. —Vendrán esta noche.

—Gracias, Andrew.

—No es nada, Nahoby. —me responde para luego salir de mi habitación.

Observo a Paloma encender la televisión llevándola a sintonizar un canal cualquiera.

—A veces es bueno un poco de ruido en la habitación. —me habla ella tirando el control remoto a la cama.

—Pues, lo mismo digo.

Ella juega con sus manos, se que quiere decir o preguntar algo.

—¿Nahoby?.

—Umhg.

—¿Qué pasaría si, Lohany... —hace pausa. —...Vuelve a vivir acá contigo?

Y acá se acaba el poco de paz mental que me quedaba.

Lohany Alcaráz, es mi media hermana mayor, nos llevamos cuatro año de diferencia, ella fue fruto de un exnoviazgo de mi padre antes de conocer a mi mamá. Tal vez piensen, oye que bien tienes una media hermana, pues...

Para mí no lo es, Lohany siempre trato de dejarme claro que fue por mi culpa que papá la dejó a la deriva con su mamá. Cuando eso realmente no es cierto.

Siempre, cada vez que venía de visitas o se mudaba por temporadas, mi persona siempre salía maltratada tanto emocionalmente, como físicamente por ella. Mis padres no estaban, lo cual nunca se daban cuenta y si así fuese el caso, les decía que me había caído o algo así por el estilo.

—Me sacas del país a Chile ¿Fuego?. —respondo.

—Nos vamos a Chile entonces. —la castaña rueda los ojos y ríe a la vez.

Amo cuando Paloma sigue mis estupideces.

—Espero que eso no pase. —digo.

—Yo también espero lo mismo.

Paloma me acompañó por toda la tarde, vimos películas, comimos dulces, jugamos, tocamos y cantamos un poco, y eso es lo que adoro, que mi mejor amiga sea esa esa chica tierna, coqueta y aventurera y de buen corazón, agradezco de tener a Paloma Arredondo como mejor amiga, más que eso, como a una hermana.

Ha caído la noche y veo que Paloma se queda dormida, y en vista de que mis padres no llegan, hago lo mismo.

***

Me encuentro sentada en una banca jugando con mi pies. Me levanto y observo el paisaje, es hermoso. Podría jurar que es Macarao pero no lo es, ya he estado aquí, en este mismo lugar antes.

Sigo andando hasta llegar a una casa, parece antigua, pero es muy bonita. Observo el jardín y hay muchas flores, muchos colores.

Wow. —hablo para mi misma.

En eso veo un columpio de esos que tienen forma de mueble, y veo a alguien.

La misma chica que suelo ver aquí desde siempre. Aunque nunca he podido verle su rostro. Carga un sombrero un poco grande de color blanco y un vestido largo del mismo color también.

Decido acercarme por curiosidad, y al pararme tras de ella.

—Nahoby, viniste. —me habla la pelinegra. —Te estaba esperando.

Es primera vez que me habla, su acento no es de mi cercanía, parece extrajera.

No emito palabra alguna.

—Vení, sentate acá. —vuelve a hablar. —Creo que ya es hora de conocernos.

Hago caso a su petición y me siento a su lado, ella mese de un lado a otro el columpio.

—Me llamo, Ilhiana.

Más Allá De Una Vida. [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora