TIEMPO ARRUINADO (CANCELADO)

▪︎Capítulo 1▪︎

Ahí yacía kisaki en el suelo, sin vida...  esos ojos azules tan claros como el mar ya no tenían brillo, esos que antes le miraban con burla o también con diversión con cada tontería que decía o hacía.

—Que gran manera de morir —murmuró derramando grandes cantidades de lagrimas con una sonrisa.

—quiero que vuelvas— calló de rodillas al suelo con todo el dolor de su alma por verlo ahí tirado en medio de la pista a su amado.

Se acercó a rastras y con sus brazos abrazó fuertemente al más pequeño, acurrucandole en su pecho, se meceó a sí mismo llorando desconsoladamente; le susurraba al oído cosas que jamás pudo decirle cuando estaba con vida, por cobarde, por que no se atrevió, por que tenia miedo a su rechazo; ahora ya no podía ni escuchar su voz,  ya no podía molestarle más, no tendría la oportunidad de tocarle esas mejillas tan suaves y cálidas, su manos, esas manos tan cálidas que le tocaban el cachete cuando le mentía que le golpearon en la cara más.

—puedes volver, no quiero dejarte nunca; no podría vivir sin ti kisaki... solo quiero decirte que-... —no articuló alguna palabra mas, con cada palabra que decía se apagaba su voz, se quebraba cada segundo que pasaba.

—te amo, te dije esa vez que- que el día que... mueras, te diría de por que seguía a tu lado, pero esto no me gusta, quiero ver tu cara de sorpresa o alguna expresión tierna tuya, no me dejes hablando solo, por favor... TE AMO, TE AMO, TE AMO— repentinamente dió un grito desgarrador,  abrazándolo con mucha fuerza, tenía miedo que se desvaneceria — JODER,  NO QUIERO ESTAR SIN TI, TE QUIERO A MI LADO, SOLO ATÍ... así mi vida será plena —su garganta dolía por el grito.

También quería sacar todos sus sentimientos, esas sensaciones que le hacía sentir solo el, ese hermoso sentimiento que con solo una mirada de kisaki le hacía sentir mariposas en el estómago.

¿si le decía todo lo que sentía así despertaría verdad?.

Ese pequeño punk lo daría un sape por decir locuras, hasta lo miraría raro, pero amaría esa mirada tan profunda, o solo le daría una cachetada y se marcharía pero regresaría avergonzado a disculparse a su manera.

—kisaki, dame un golpe en el rostro si?... antes lo hacías por que te miraba mucho cuando trabajabas en tus planes —rió por el  fugaz recuerdo. Sostuvo temblorosamente las  manos frías del pequeño, acercando a su rostro.
Habían desaparecido su calidez que siempre sentía, entró en desesperación, la única idea que se le vino a la mente fue el hospital, claro, ellos lo podrían ayudar.

Con todas fuerzas y cordura que le quedaban soltó al rubio y se levantó tembandole las piernas. Se quiso acercarse para poder cargarle y llevarlo al hospital, se inclino y en segundos su vista se nubló y cayó en un sueño profundo, se desmayó, tenía sentido después de ver a su único chico que quiso de verdad, que lo amó con toda esa obsesión de venganza, esa locura que lo hacía ver más atractivo.

                          ° ° ° °

Todo estaba oscuro, sentía que flotaba en un limbo negro, de algún modo esa oscuridad le hacía sentir vacio, roto, hacia mucho frío que calaban sus huesos, trató de darse calor frotando sus brazos entre si pero no daba buenos resultados. No sabía donde se encontraba, no había ruido, era un silencio sepulcral, caminó al  vacío infinito para ver si en algún lugar podría encontrar por lo menos alguna salida, miró a los alrededores y sorpresivamente encontró una teune luz,  se acercó lentamente hasta llegar.

Era una puerta color rojo, le dió curiosidad que tendria dentro, acercó su mano lentamente a la perilla; al tocarla  su mano se sintió tan cálida y con la otra mano tocó toda la puerta y una repentina sonrisa se formó en su rostro; todo era calientito como si estuviera abrazando un cuerpo cálido.