Capitulo IV

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Su mano sobre mi pecho fue hacia abajo, y suavemente acarició mi mano. Sentí que mi corazón se calentó de inmediato debido a su tierno toque. Él era tan dulce y amoroso. Dios, yo lo quería mucho, y quería expresárselo de alguna manera.

Mi forma de pensar cambio rápidamente una vez que el arrastro la mano hacia abajo, colocándola entre medio de sus piernas lentamente. Estuve a punto de vomitar en su boca una vez que vi el bulto en sus pantalones. Estaba tan excitada y asustada al mismo tiempo, ya no sabía muy bien cómo reaccionar.

"Tócame." habló sobre mi boca.

"Sr. Morales y-yo-"

"No me llames así." el soltó, hablando en tono más áspero.

"P-perdón, quiero decir, M-Marco."

El tarareó en desilusión, jalando de mis labios mientras una sonrisa se mostró en su boca "Tampoco así."

"Entonces, ¿Cómo se supone que debo llamarte?" Le pregunté confundida. ¿Estaba borracho? ¿Esa es la única razón por la que estaba haciendo esto conmigo y me dejaba tocar su pene? En serio, yo no quería hacer esto. ¿Pero él?

Sentí su seductora lengua lamer la comisura de mis labios con una sonrisa taimada "Llámame papi."

¿Era un sueño? ¿La persona que más deseo en secreto me está diciendo que lo llame papi? ¿Es por eso que su esposa casi ni le habla?

"No te voy a llamar así." Me reí, pero aquella sonrisa se desvaneció por completo cuando me di cuenta lo serio que él estaba.

"Llámame papi o te llamaré un puto taxi." El gruñó. Era como si el amable, humilde y amoroso Marco se desvaneciera frente a mí. Entonces si él quiere que lo llame papi, entonces papi le diré.

"Está bien, papi." murmuré avergonzada.

"Se una buena chica y tócame." El susurró con deseo. Bajé la mirada hacia sus pantalones, y observe su enorme bulto entre sus piernas. Pensar que logré lo que ahora estaba pasando me hacía sentir superior, como si fuera inmortal o alguna de esas mierdas.

Puse una mano suavemente sobre su miembro duro, sintiéndome un poco mareada por los intensos gemidos que estaban saliendo de sus labios. Masajeé a través de sus pantalones con fuerza, tratando de crear la mayor fricción posible.

Marco apoyó la espalda contra el sofá, dejando que me haga cargo, bueno, no del todo.

"¿Alguna vez chupaste una polla antes?" El pregunto, sabíablo que venía.

No quería decirle que era una frígida virgen, de seguro él se asustaría y me iba a hacer salir de su casa por ser tan joven. No podía decirle la verdad.

"Hm, unas cuantas veces." Gemí devolviéndole la mirada con una sonrisa. Se humedeció los labios con satisfacción, él sabía perfectamente que iba a ocurrir a continuación.

"Entonces ponte de rodillas y muéstrame que puedes hacer con esa linda boquita." sonrió.

"Está bien." Balbuceé. Los ojos de Marco se dirigieron a los míos, la ampliación de ellos era como si esperaba a que yo dijera algo. Luego me di cuenta de ello. "Está bien, papi."

Estaba nerviosa de nuevo, honestamente pensé que sería capaz de manejar esto. Pero no, no podía. Estaba a punto de poner su pene en mi boca y chuparlo como yo le había dicho que hice varias veces antes. Él iba a darse cuenta que nunca he experimentado eso apenas empiece. Solo tenía que recordar; más lengua, y mucho menos dientes.

Mi mano soltó su bulto, y tímidamente me corrí del sofá, arrodillándome en el suelo. Levanté la vista hacia Marco -Papi para el momento- y me arrastré hacia el como si fuera una sumisa y él tenía todo el poder del mundo. Me di un pequeño codazo a mí misma estando entre sus piernas, sintiéndome fuera de lugar mientras lo miraba. Pero, sinceramente, no hay otro lugar en el que preferiría estar.

Yes Daddy |Marco Morales|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora