Capitulo XI

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Lo tomé y poco a poco se puso de pie para pasar a su padre. Atrapó contacto visual conmigo brevemente y se encogió de hombros con confusión. "¿Que ha pasado?"

"El sólo te extrañó." Mentí amargamente, viendo su
rostro que transmitió alivio ante lo que dije, dejando un suave beso en la cabeza de Ale. "Papi te extrañó más." susurró, riendo suavemente mientras acunaba a su niño en los brazos. "No llores."

Ale levantó la cabeza, sollozando en silencio y plantó un beso húmedo en la mejilla de Marco. "Yo no lloré, los niños grandes no lloran."

Marco rió ante las falsas palabras del muchacho, y levemente sacudió su cabeza negando. "Por supuesto que no. Vamos, creo que es hora de que tú y tu hermana vayan a la cama."

Me miró con una sonrisa de repente. Mierda. "Bueno,
¡parece que Liv ya está durmiendo!" El rió. Miré detrás
de mí y vi que estaba tendida boca abajo en los cojines.

Entonces él no me estaba sonriendo a mí.

Se inclinó hacia adelante y la levantó con su brazo también. "No te vayas, volveré con tu dinero."

Se alejó hacia los dormitorios, dejándome aquí de pie torpemente con su esposa que estaba muy ocupada con su teléfono. Apuesto a que se estaba mensajeando con su "papi 2".

"Así que..." Rompí el silencio, lo que la hizo fruncir el ceño y guardar el teléfono a un lado cuando comencé a hablar. "¿Qué tal las muestras de pastel?"

Ella levantó una ceja en sospecha, cruzando los brazos mientras hacía una mueca descarada. "¿Cómo sabes que estábamos en la prueba de pasteles?"

Inmediatamente entré en pánico... ella habla.

"Pa- n-no, Marco-mierda, me refiero al Sr. Morales, me lo dijo una vez que estuve aquí." balbuceé rápidamente. Quería matarme en secreto en ese terrible momento. Acababa de llamar papi a su esposo delante de ella.

Ella no dejó de mirarme, y supe que la cagué. No se le
puede llamar papi a alguien al azar.

"Sólo reservamos el nombramiento hace una
semana." ella declaró sin rodeos, con el ceño fruncido.
Nerviosamente me quedé quieta en mi lugar.

"O-oh, yo, uh-"

Su teléfono me interrumpió, ya que comenzó a sonar con un tono pegadizo. Vaya, supongo que se podía decir que fui salvada por la campana.

"Espera un momento." ella habló y llevó su teléfono
hacia su oreja. "¿Hola? No, no estoy ocupada."

Si pensaba que no podía ser más grosa, ella se apresuró a salir de la sala para darse un poco más de privacidad, sin pensar en dejarme sola. Pronto, Marco, volvió a entrar en la sala con una mirada confusa, levantando una ceja.

"¿A dónde va?"

"Llamada" Afirmé con cansancio, rodando los ojos
mientras él también lo hacía. Metió la mano en bolsillo
trasero de su pantalón y sacó su billetera gruesa. No
es de extrañar porque su esposa no quería que él se
enterase de su papi número 2.

Sacó varios billetes, y miré sorprendida cuando me los
entregó. "E-eso es el doble de lo que normalmente me
pagas." murmuré en voz baja, el simplemente se encogió de hombros.

"Bueno, tú has sido... una buena niñera de horas extra
estos últimos tiempos." él sonrió, y con eso, extendió
sus brazos hacia adelante para mostrarme la puerta. Oh, pensé que iba a pedirme algo.

Eché un vistazo a mi lado, hacia donde estaba la cocina.
Mierda, me olvide de limpiar el lío que hice al hacer los
batidos antes. O lo limpio yo, o me voy y lo dejo hacerlo
por sí mismo. No era tan cruel.

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2021 ⏰

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Yes Daddy |Marco Morales|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora