Los días fueron pasando como un sueño. Cada día, Chaeyoung se convertía en lo último que veía al acabar un día, y en lo primero que veía al empezar uno. Lo único que rompía un poco la magia, era cuando tenía que ponerme a estudiar o hacer deberes. A veces venía su amigo y me daba clases, la verdad es que era mejor profesor que muchos que había tenido, pero, aun así, prefería cuando estábamos solo ella y yo.
En esos momentos, el estudio se volvía...mucho más divertido. Los días que estudiaba más duro de la cuenta, me lo recompensaba de una manera u otra. Una noche, salimos a tomar algo con unos conocidos suyos, pero antes de que me vistiera para ello me detuvo.
―Quiero que te pongas esto ―dijo sosteniendo una falda negra.
Tardé unos largos segundos en reaccionar, tenía que estar bromeando.
―No me gusta llevar falda.
―Lo sé, pero es la única forma de jugar a lo que quiero que juguemos.
No podía resistirme a esa sonrisa juguetona, por lo que acabé suspirando. Me acordé de todos los años en los que las demás chicas me miraban raro por decir que no me gustaban, las vueltas que da la vida. Fui a coger la prenda que Chaeyoung sostenía, pero me la apartó un momento para añadir algo más.
―Y no te pongas ropa interior.
Aquello sí que me dejó totalmente descolocada.
Nunca me había sentido tan incómoda llevando faldas. Si de por sí no me gustaban porque me sentía desprotegida, ahora que no llevaba nada debajo el miedo era muchísimo mayor. El hecho de que sentía el aire entrando por debajo no ayudaba nada. Rosé notó mi incomodidad y se acercó para susurrarme en el oído palabras de consolación.
―Tranquila, estoy contigo así que puedes estar segura, tú actúa con normalidad.
Sin embargo, no sabía hasta dónde podía llegar el ''actúa con normalidad'' hasta que, sentados en la mesa esperando las bebidas, comenzó a acariciarme el muslo. Nadie se dio cuenta de nada porque no me estaban mirando, pero estaba segura de que mi cara lo decía todo. Tragué con dificultad, intentando calmarme de alguna manera. Cuando noté cómo su mano ascendía, me removí en la silla. Nadie parecía darse cuenta de nada y, aun así, yo me sentía en la mirada de todos.
―Tendrás que calmarte, eres demasiado obvia ―me susurró al oído Rosé en un tono juguetón. Intenté hacerle caso, por lo que agarré mi vaso para beber con normalidad. El primer trago, ella me dejó tranquila, pero cuando iba para el segundo, su mano volvió a moverse. Estuve a punto de tirármelo todo encima. Aunque ella sabía disimular bien, podía notar con su mirada y su sonrisa cómo se estaba riendo de mí.
Mejor dejo el vaso quietecito.
No estaba prestando nada de atención a lo que estaban hablando, me asombraba cómo Rosé pudiera mantener la conversación con tanta tranquilidad. Aunque claro, ella no tenía ninguna mano ascendiendo por su muslo cuando llevaba una falda sin ropa interior.
Pensaba que haría igual que antes y su mano volvería a descender, ya que solo pretendía provocarme. Pero lo que yo creía y la realidad eran distintos. Su mano siguió hasta que llegó donde quería. Mis manos se aferraron con fuerza a la silla para retener cualquier impulso. No podía ser que estuviera haciendo lo que de verdad estaba haciendo.
Cuando volví a mirarla estaba apoyada sobre la mano, mirándome sonriente. Pensaría en lo preciosa que era si no fuera por lo que su mano estaba haciendo debajo de la mesa. De pronto alejó su mano, no me había dado cuenta, pero su móvil estaba sonando.
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You're my doom - [adaptación Chaennie]
FanficJennie siente que no encaja con el resto de chicos de su edad. Se siente rara, como si hubiera algo mal en ella y esa confusión y el querer descubrir quién es le llevan a contratar a una chica para acostarse con ella. [Todos los derechos a @Elipreus...