🍵Parte 6🌸

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- Sé que no debería importarme esto

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- Sé que no debería importarme esto... Pero, ¿Qué hará con sus tías, Ainosuke-sama? - consultó Tadashi mientras terminaba de armar la última valija del peliazul. Sabía que esas mujeres no lo dejarían hacer a su antojo, mucho menos irse y abandonar sus responsabilidades políticas en el país.

- Nada... No les debo nada - Ainosuke se había hartado de su vida, de ser la marioneta de sus tías, por primera vez quería priorizarse así mismo.

- Entiendo. Todo está listo, Ainosuke-sama - todas las valijas, de ambos, estaban junto a la puerta de la habitación del menor.

- Bien, ¿Tienes los pasaportes y demás cosas? - en una hora salía su vuelo de Okinawa a Narita y de ahí les aguardaba un vuelo privado hacía Los Ángeles, Estados Unidos.

- Si señor. Todo en su lugar - afirmó el pelinegro.

- Bien... - Ainosuke dió un último vistazo a su habitación, no la extrañaría - Vamos - ordenó al mayor y con ayuda de una de las empleadas, Tadashi y ella bajaron las maletas.

Una vez las maletas en el auto, un chofer los llevó a ambos hasta el aeropuerto de Okinawa para abordar su primer vuelo.

- ¿Tampoco va a despedirse de ellos? - preguntó Tadashi curioso mientras aguardaban a que les permitieran subir al avión a los pasajeros de primera clase.

- No - respondió secamente Ainosuke. Y no era para menos, ellos ya no eran amigos, probablemente lo diaban también, si, no tenía razones para decirles nada.

- Comprendo. ¿Y con los Italianos? - preguntó nuevamente Tadashi.

Ainosuke suspiró molesto. Odiaba un Tadashi callado y que solo repetía cosas monótonas como "Sin opinión", pero también lo odiaba cuando hablaba de más. - Perro - susurró con firmeza - Ya sólo cállate - le miró con seriedad.

- Si, señor... - Tadashi sólo estaba preocupado por su señor, ¿Qué pasaría si esos tipos se enojaban y buscaban al menor para hacerlo pagar?, ¿O si sus tías intentaban castigarlo y llevarlo nuevamente a Japón?, ¿O que tal si sus "colegas" políticos lo hundían?

- Acompáñame al baño - dijo más como una orden que como una petición y basicamente lo arrastró al baño. Esperó a que no hubiera nadie y los encerró a ambos en un cubículo - Cambia esa cara de preocupación, me pones nervioso... - el cubículo no era tan pequeño, ambos cabían cómodamente, pero tampoco era tan espacioso como para que no pudieran chocar un poco.

- Ainosuke-sama, qué hace- - Tadashi intentó preguntar porqué estaban ahí, pero Ainosuke lo calló completamente con sus propios labios, devorando las palabras que el mayor tenía a medio decir.

Ainosuke lo besó, lo hizo durante unos largos segundos. Que para Tadashi significó un alto en el transcurso del tiempo, como si éste se congelara o ya no importara y solo pudieron dedicarse a besar al otro, lento y deseoso al mismo tiempo, suave y profundo, como si intentaran desestresarse o lo que podía ser la calma antes de la tormenta.
Luego de unos largos minutos de labios rozándose entre si, lenguas entrelazándose y danzando dentro de sus bocas, manos que subían, bajaban y recorrían el cuerpo del otro por encima de aquellas molestas prendas hasta que sus labios y cuerpos se separaron un par de centimetros.

Té verde y cerezas para Miya | Matchablossom FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora