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P r i m a v e r a
🌸
Todo empezó una mañana, la mañana en que las flores despertaban de su letargo, cuando la primavera inundaría los días del mes de marzo con millones de colores resplandecientes después del colorido azul que el invierno trajo consigo.
Se despide de su único familiar en casa desde la cochera en donde la luz del sol pasa sin permiso al garaje de la casa de color verde, la chica de la melena larga pasa por su pórtico con el mango de la bicicleta entre sus manos, camino unos metros hasta llegar a la próxima casa en donde vivía uno de sus amigos de la infancia.
—¡JIM LAKE JR! —grita desde el pórtico de la casa de su amigo, le gustaba llamar su atención así para que notara que estuviera aquí, espera unos segundos para escuchar la puerta del garaje ser abierta y ver a su compañero con su vespa de color roja.
—Ya te oí pequeña. —dice este con una risa pues al decir ese característico apodo la joven hizo que frunciera el ceño, "pequeña" era un nuevo apodo aparte de "Fuyumi" quien lo había tomado a los 15 cuando se hizo campeona en gimnasia artística en un evento deportivo estatal, mientras el más nuevo de su mote era por el cambio de estatura de ambos amigos.
La plática es interrumpida por los constantes jadeos de su compañero de nombre Tobías que parecía estar apresurado—Lo siento por llegar tarde. —dice entre suspiros cansados. —Nana no me dejaba ir sin terminar mi desayuno aunque este me cueste la puntualidad de la escuela.
—Bueno, ya estamos reunidos, andando. —la chica se sube al asiento de su bicicleta de color rojo, pedaleo unos cuantos metros lejos de ellos para detenerse. —nuestros hijos quedara castigado por nuestra culpa.
Ambos compañeros se miraron entre sí ante el comportamiento de su amiga, ella era así desde pequeña, era la que tenía energía y veía el lado positivo y eso los animaba, tomaron sus cosas para seguirle el paso.
Cuando llegaron a la escuela, ____ se percató de algo, la mirada oji-azul de su amigo de nombre Jim iba directo a la de apellido Nuñez quien baja del auto de sus padres resplandeciente como siempre, siente un dolor en el pecho que la hace quejarse por debajo de unos murmullos y el arqueo de su espalda, aun con su mano en su pecho se acerca a su amigo: —¿Qué sucede? ¿No puedes? —pregunta, sabe lo que quieres decir y quiere recibir la respuesta.
—N-no. —responde en un tartamudeo, Jim se sentía acomplejado de él mismo pues algunas cicatrices en su rostro lo hacían sentir mal. —es que yo...
Suspira con dificultad el dolor en el pecho está ahí, disminuye pero lo siente presente en su cuerpo. —no creo que le afecte tus cicatrices. —contesta ella. —fue un accidente cuando eras niño, te caíste de un columpio todos nos caemos y nos hacemos heridas, recuerdas la herida de mi pierna. —espera que le responda pero prosigue. —me la hice por jugar en la hierba alta y no darme cuenta que había alambre de puas ahí.
—En eso tiene razón _____—Tobías le dice a su amigo para sacarlo de la ansiedad de la situación. — y en cuanto a su cicatriz tiene razón, ella sigue usando faldas y su traje deportivo.
—Hare el intento. —responde él con una sonrisa forzada, sabe el que sus amigos haría todo para que pudiera hacer las cosas más sencillas pero él no se sentía seguro, el hecho de que la persona que te gusta te siga dando consejos para enamorar alguien lo ponía nervioso.
El sonido de campana hizo que los chicos se apresuran si no fuera porque el dolor en el pecho casi la hacía tropezar. —¿Te encuentras bien? —pregunta Jim quien mira a su compañera con la actitud algo baja no como antes ella solo asiente para pasar de largo y dejar su bicicleta estacionada.
Las clases empiezan a la misma hora, el tiempo transcurre con normalidad, el dolor se fue y el pulso regreso para cuando ya era la última clase todo había regresado a la normalidad. Cambio su uniforme escolar por el deportivo el que le permitía moverse en sus entrenamientos en la gimnasia artística.
Estaba apartada junto con algunas alumnas de la escuela, siguiendo la rutia de pasos con algunos instrumentos del deporte, bastón, pelota, lazo. Para finalizar su entrenamiento se encontraba en una de las barras, equilibrada con una de sus manos teniendo fuerza en ella, quería intentar alguno de los trucos que había hecho en aquel evento, sus ojos fueron hacía otra dirección, la imagen no le gusto, Jim estaba uniéndose a Clara quien sonría en su charla tan amena que sintió envidia pues jamás había visto al chico estar así.
La distracción la hizo caer hasta el suelo llamando la atención del profesor de deportes y obviamente a sus compañeras, postrada en el suelo y con el dolor en el pecho quedo quieta ahí. —Joven, joven. —el entrenador la llamo para saber si seguía consiente. —¿Se encuentra bien?
Abre sus ojos con fuerza notando la preocupación de todos: —E-estoy bien, solo perdí el equilibrio—se recuesta parece que no se había dado cuenta del fuerte golpe que se dio, para cuando se levantó del suelo la campana sonó.
—Señorita, mañana nada de entrenamientos hasta que me dé un chequeo médico —el entrenador le dice con firmeza sabe que en una condición así no podía entrenar.
—Si esta bien. —dice ella tomando su toalla en mano y yendo al baño de chicas para tomarse una ducha y estar lista para irse de casa.
Es la última en salir aunque sabe que sus amigos la esperan afuera ya no le dio ninguna explicación de su caída, ya está lista para irse pero solo da una vistazo al espejo para mirarse, el pecho le duele aun , tiene miedo de que sea algo referente a su corazón y no un amor correspondió, si no de salud. Siente algo pesado en este, incluso en su garganta que le hace querer sacar para que le dejase de molestar, unas ganas de toser inundan su garganta como de esas veces que sientes polvo en ella, la inercia la hace cerrar sus ojos , tosiendo con frecuencia cubriendo su boca con ambas manos.
Siente que expulsa algo, separa sus manos de sus labios para darse cuenta de algunos pétalos con manchas de sangre están entre sus dedos, tiembla al ver eso y se mira al espejo denotando un pequeño hilo de líquido rojo posarse en la comisura de sus labios.
