6. a f r a i d

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"M i e d o"

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"M i e d o"

🥀

  —¡V-vamos _______ tu puedes!—grita el castaño regordete desde el suelo, ve a su amiga de coletas subir a uno de los árboles de la casa de la chica. Iba por la cometa que se había atorado en una de las ramas.—Si Jim estuviera aquí te haría recapacitar.

—Jim no pudo salir a jugar—dice con dificultad pues aún seguía en escalinata—además esa cometa es mía Tobs.
—No es bueno hacernos daños por una cometa—el niño de siete intenta razonar con la menor por un año.
Sube al fin a la rama tomando la cometa—¡La tengo!—se sienta un rato en la rama firme ya que había hecho un esfuerzo—te dije que la tendría Tobs domzasky.
—Es Donzalsky —la corrige algo molesto—dime ¿cómo vas a bajar?
—Pues como subí—responde con ingenio—bájate cuando sienta que pueda tener fuerzas en los brazos.
El silencio abundaría si la niña o comenzaba a tararear la canción de un comercial.—No sabes cómo bajar ¿cierto?
—¡Que si se!
Colma la paciencia de la niña y comienza a bajar con cuidado del árbol, hacia el intento de no caerse hasta que una rama no aguantó su peso y se rompió. Cayó al suelo, afortunadamente no fue tan alta, manchó su vestido y raspó sus manos.
—Iré por el botiquín de Nana—Es lo primero que dice Tobías al ver a su amiga recostada en el suelo.
Ella se levanta cuando él se dio la vuelta y comenzó a correr hasta su casa.
—¡Pero si estoy bien! —grita pero su amigo no la escucha, suspira y comienza a sacudir sus ropas. Espera a que su amigo regrese pero no lo hizo, eso le dio la oportunidad de ir al patio trasero para ir directo a la cocina y tomar un jugo.

Cuando pasa escucha unos llantos provenientes de la casa de al lado, tira su cometa al suelo y su curiosidad la hace caminar hacia el sonido, entre los arbustos de la casa Lake se encuentra Jim, abrazando sus rodillas mientras solloza. —Jim ¿Estas triste porque tu mamá o te dejo salir a jugar con nosotros? —pregunta la niña.

Su mejor amigo niega, oculta su rostro entre sus rodillas si dejar de sollozar o articular una palabra que le dé respuesta a la chiquilla. La de las coletas no sabe qué hacer, juguetea con sus dedos y por fin se decide, se coloca al lado de su amigo, sentada a su lado mientras coloca su cabeza en el hombro, lo acompañaría en sus penurias.

—M-mi papá se fue. —responde él entre los sollozos y el hilo que se encontraba enredado en la garganta.

—¿A dónde se fue? —pregunta inocentemente, no sabe que a veces los padres no están acompañándote a pesar de estar vivos.

—No lo sé. —le contesta levantando su cabeza y dejando ver su rostro, esta rojo, algo húmedo por las constates lagrimas que cayeron en sus redondas mejillas, su respiración agitada poco a poco se calmaban, la niña toma ambas mejillas de su amigo secándolas con sus dedos él se queda quieto ante la acción.

—Tía Halpert cuidara de tu mamá, y yo cuidare de ti. —responde con sinceridad. —tu nunca estarás solo Jim, siempre seremos tres, Tobías, tu y yo.

Siente las manos cálidas de jim en sus manos, está sonriendo mostrando su dentadura que contiene un hueco por un diente faltante. —gracias _____

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Abrió sus ojos encontrándose con el techo blanco del hospital, se recuesta en la camilla mirando su alrededor, está sola y se siente tranquila al no ver una maquia de pulso conectada a ella, quiere moverse pero el repentino dolor de su tobillo no la deja. Escucha la puerta abrase para ver a la doctora Lake entrar.

—_______ me alegro que hallas despertado, ya llame a tu tía ya viene para acá. —dice la doctora acercándose a su paciente. —vi tu resultados médicos y al parecer la doctora Hilda dijo que tus pulmones se encuentran bien, me preocupara que fuera otra cosa.

—¿Pero qué hago aquí? Solo me caí y ya. —pregunta tocándose la cabeza intentado recordar lo último que vio antes de desmayarse.

—_______, no solo te desmayaste, te desguinzaste el tobillo. —contesta. —no puedes caminar por ahora.

—¿Q-que? Pero es imposible... las nacionales están a uno días —conternada intenta levatarse pero la doctora Lake se lo impide. —no puedo perdérmelas, yo...

Rompe en llanto cubriéndose el rostro, quiere estar sola en ese preciso momento no quería que nadie la vea, escucha la puerta cerrarse sabe que la doctora Lake la dejo sola para que ella se desahogara. Pero en vez de sentirse solitaria, sintió un calor en sus manos que hicieran que las despegara de su rostro, se encontró con los ojos más azules que había visto, Jim está ahí tomando sus manos para que dejara de cubrir sus ojos a pesar de eso no deja de lagrimear. Sintio un deja vu, sentía que ya había sentido eso.

—¿Q-que haces...

No la dejo terminar, Jim la reconforto entre brazos haciendo que su cabeza quedara en su hombro, seguía llorando pero esta vez las lágrimas caían despacio. —No estarás sola. —escucha las palabras que vienen de la boca del chico, eso hace estallar entre sus sentimientos y las lágrimas salía con más frecuencia, sentía un vacío, un dolor tan punzante en su corazón. Siete las ganas de toser, cubre su boca pero luego al verla, ve más sangre y flores ya completas, la asusta y le teme que él vea el atroz desastre dentro de ella, hace un movimiento rápido empujando al azabache lejos de ella incluso siete el golpe en su pecho, rápidamente cubre sus manos manchadas.

—N-no, vete. —dice es la única manera de mantero lejos de ella. —por favor, vete.

—Pequeña, ¿Qué sucede? —pregunta él algo confundido ante la repentina acción de su amiga. —recuerdas cuando éramos pequeños, íbamos ser Tobías, tu yo.

—Y-Ya no más. —contesta entre sollozos y babulceos. —déjame sola, NO TE NECESITO, VETE.

Esas palabras sintieron un dolor punzante en el corazón de Jim a tal grado que causo que él expulsara pétalos acompañados de sangre algo nuevo para él. _____ lo mira con miedo, Douxie tenía razón él y ella eran idénticos, aunque para Jim miraba el rostro de temor de la chica pensó que era por su extraña acción, se limpia su boca con el suéter.

—_______ yo...—Jim iba hablar pero la chica hablo primero

—¡VETE! —grita ella, está asustada su amigo al cual juro proteger estaba enfermo y tal vez ella o la otra chica lo había causado.

Los gritos parecían alarmar a los demás pues el ruido de voces acercándose a la habitación lo asustaron que huye del cuarto de hospital.

ᴸ.ˢ | 𝐅𝐥𝐨𝐰𝐞𝐫𝐬  - jim lake jr.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora