Haikyuu One Shots

"Te extrañé" ~ Kagehina

TW: Spoilers del timeskip.

Otro día sin él era una tortura. Sin importar lo que estuviera haciendo sus pensamientos siempre giraban entorno de él. ¿Desde cuando extrañaba tanto a ese idiota? Sus llamadas son constantes pero jamás traerán la misma sensación de abrazarlo y sentirlo cerca. De escuchar sus problemas desde una corta distancia. De ver sus hermosa sonrisa. Extrañaba tanto a Hinata que parecía inhumano. No podía descansar en paz, jugar al voleibol sin él se sentía extraño, ir a la tienda por bollos de carne parecía un pecado, ni siquiera podía ver algo de color naranja que su corazón se apretaba en dolor.
La única cosa que le daba esperanza al joven Tobio era que pronto su otra mitad volvería y correría hacia sus brazos. Lo que el chico no esperaba era la vista que tuvo en el partido que estaba ahí para supuestamente unirlos.
Quería estar feliz con el increíble equipo que tenía Hinata, quería alegrarse por él y por la grandiosa suerte que tenía ese bastardo (aunque suerte no era la palabra correcta, Kageyama era consciente que todo lo que tenía Hinata era fruto de su increíble esfuerzo.) Sabía que esto pasaría, de hecho intentó prepararse para ello, pero esa horrible sensación de rabia y decepción apareció sin aviso previo al ver como Hinata recibía los pases de otra persona durante el juego.
Durante la secundaria Hinata y Kageyama dependían mutuamente de sus habilidades para hacer sus increíbles jugadas. Shoyo lo veía como un genio, él sabía apreciar el talento de Tobio como nadie nunca lo había hecho. Por eso mismo verlo depender ciegamente en otra persona lo lastimaba tanto. Los gritos de las gradas se convirtieron en un silencio agonizante. Tenía que meter esos sentimientos tan poderosos en lo mas profundo de su corazón para poder concentrarse en el partido, al final de cuentas su ambición por la victoria seguía siendo tan potente como su amor por Hinata.
El partido no duró mucho, por lo menos no para Shoyo. Tantos años habían pasado desde que había declarado la rivalidad contra ese joven solitario y grosero... finalmente le había ganado. La victoria lo llenaba de alegría, aunque la mayor alegría fue poder abrazarlo después de tanto tiempo. Una vez terminaron de celebrar, Hinata saltó hacia los brazos del más alto con todo el amor que guardó para si mismo por estos últimos años. Obligó a que lo atrapara en el aire y enroscó sus brazos por el cuello de Tobio.
— Te extrañé. - dijo bien bajito en la oreja del pelinegro, con la mayor sonrisa que pudo dar.
Al sentir el cálido y necesitado toque de su novio, el miedo y los celos de Kageyama cayeron al suelo. Cuando reaccionó solo pudo abrazarlo aún más fuerte y responderle:
— Yo también.
Shoyo se separó un poco y, fingiendo que no había nadie alrededor, clavó un beso en los labios de ese chico que no salía de su mente desde su juventud. Al principio podían escuchar los gritos sorprendidos de los fans y de los otros jugadores, pero lentamente su cerebro fue borrando el ruido de fondo. Hinata podía sentir la sonrisa entre los labios del otro. Tantos años estando juntos a distancia fue anormalmente complicado, la falta de contacto físico los volvía locos. Aún así, Shoyo no podía creer que ese era su primer beso. Sus labios se sentían tan cómodos y familiares que, a pesar de la velocidad con la que latía su corazón y la extraña sensación que sentía en la boca de su estómago, si alguien le decía que lo había besado un billón de veces, le creería. Kageyama, por otro lado, estaba desesperado por guardar cada maldito segundo de este momento en su memoria. Había esperado tantos años por esto que parecía irreal, incluso podía sentir como su cuerpo hormigueaba y como el tiempo parecía detenerse. No lo había captado antes, pero claramente necesitaba una muestra de afecto que confirmase que Shoyo seguía enamorado de él, y ese dulce beso fue la respuesta que buscaba.
Poco a poco Hinata se separó y lagrimas de felicidad cayeron por sus ojos. Tobio le dedico un dulce sonrisa, una que Hinata había extrañado con toda su alma. De repente el tiempo volvió a su velocidad usual y el volumen del exterior volvió a apoderarse de todo. Hinata oía como Bokuto y Atsumu fangirleaban a sus espaldas y como Sakusa intentaba ponerlos en su lugar. Mientras tanto, Hoshiumi y Ushijima se limitaron a sonreír con el conmovedor encuentro. Sus amigos del Karasuno, quienes vinieron ansiosos a ver el partido, también sonreían y se burlaban desde las gradas.
Esos años separados fueron una tortura, pero por lo menos ahora se tenían uno al otro para hacerse compañía.