Parte 4

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Avryale había dejado casi todo su equipo en la casa en la que habían dormido, incluso se quitó capas de ropa que pudieran molestarle, como la túnica larga, algunos cinturones o el pañuelo. Tan sólo llevaba un cinturón con dos cuchillos y una daga, aunque sí había dejado su espada escondida en el punto final del recorrido. "Si muero, podéis venderlo todo. Esta túnica está fabricada en Briannan, os darán bastante dinero". Le había dicho a Hake, con sorna.

Los últimos rayos del atardecer en el Este de An Soir siempre adquirían un bonito color amoratado, pero duraba muy poco, pues pronto la noche lo cubría todo. Hake, Eghan y Avryale caminaron hacia el linde del bosque.

–Va a haber niebla esta noche. –Dijo la elfa.

–Sí. Aprovechalo. –Eghan le puso una mano en el hombro.– Espera nuestra señal, ahora es tu momento, pequeña. Buena suerte.

Hake le dedicó una sonrisa y ella asintió. Cogió aire, se ajustó los guantes, aseguró que todo estaba en su sitio, y se adentró en el bosque.

De momento sólo tendría que recorrer el bosque algunos metros, alejando a la criatura del pueblo, y después captar su atención. Una vez centrada en ella, Hake y Eghan tomarían posiciones, y ahí debería empezar a correr, regresando hacia el recorrido que habían preparado, durante el que mientras ella corría delante de la criatura, los dos Fauces la acosarían con ataques para mermarla hasta llegar al punto final. Y ahí, si algo había fallado, estarían perdidos.

La oscuridad no era un problema, lo que resultaba agobiante era el silencio. Tan sólo escuchaba los insectos, lo cual significaba que él, o ella, estaba cerca. El corazón casi se le salía del pecho, pero caminaba respirando profundamente, tratando de concentrar la vista en el frente, en las ramas, en el entorno real que tenía delante, nada más. Una vez recorrida una distancia prudencial giró sobre sí misma para, mientras esperaba como buena presa, planear la ruta de escapada. Detectó la dirección hacia la que debía ir por el tronco de un roble más torcido de lo normal a unos veinte metros de ella. El recorrido estaba en esa dirección, así que llegado el momento correría hacia allí y pasaría bajo el tronco casi horizontal, pues la criatura esperaría que lo esquivase o lo saltase, pero esto sería una oportunidad para atraparla, y no iba a ponérselo tan fácil.

No supo cuánto tiempo había pasado, pero escuchó, muy bajo, algo que parecía el ulular de una lechuza; esa era la señal, Hake y Eghan ya estaban en sus puestos, así que ella comenzó a moverse de nuevo, dando vueltas en la zona en la que se encontraba, haciendo algo más de ruido, esperando atraer la atención del wendigo. Sólo escuchaba el crujir de las ramas y de las hojas con los pasos que daba, incluso cogió alguna rama con las manos y la partió, y por un momento perdió la noción de lo que hacía, como si alguien la hubiera sacado de su propia cabeza, y cuando retomó la conciencia sobre sí misma y sus pasos, giró la cabeza para detectar de nuevo la dirección en la que debía ir, pero lo que vio fue de nuevo aquella calavera cérvica, con aquellos ojos blancos, y restos de sangre en el hueso. No la había escuchado llegar, no supo cuánto tiempo llevaba respirando en su nuca, pero encontrarsela así, a escasos centímetros de distancia, hizo que se le congelase el corazón. Aquella décima de segundo sólo sirvió para que Avryale la escuchara resoplar y para que ella misma diera un brinco, echando a correr pasando por su lado.

–¡Ven a por mí, hijo de mil putas! –Le gritó, y aparentemente surtió efecto, pues escuchaba sus pasos veloces detrás de ella.

Era una criatura tremendamente rápida, en la anterior persecución, donde murieron casi todos sus compañeros, les costó no ser atrapados, y esta vez no fue diferente, pero la Ruta contaba con una ventaja: estaba sola, no tenía que preocuparse por dejar a alguien atrás, así que puso todos sus sentidos en sus piernas y en sus reflejos, aprovechando su naturaleza Balachnore corrió con destreza a través del bosque delante del wendigo hasta llegar al inicio del recorrido, una fina cuerda que cruzaba de lado a lado y que saltó con facilidad, aunque la criatura no debió hacerlo, ya que escasos segundos después de que ella la sobrepasase escuchó un alarido sobrenatural de dolor. Había comenzado a activar trampas.

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⏰ Última actualización: Aug 08, 2021 ⏰

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