Cita

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Narra Poché:
A Calle se le había ocurrido volver a la cena, deseaba hablar un par de cosas y obviamente accedí, estaba muy contenta con nuestro encuentro absolutamente oportuno. Entramos al lugar y nos recibieron muy amablemente.

-Hola, bienvenidas, tomen asiento donde gusten- dijo el mesero muy cordialmente

-Hola, muchas gracias- respondimos las dos a la vez, como si nuestras palabras fueran una, como si lo hubiésemos planeado. Cuando ya estábamos sentadas nos consultó que íbamos a comer, yo no tenía ni idea de que era lo que me gustaba, así que miré a Daniela, me sonrió pícara y respondió

-Queremos una pizza tradicional mediana- contestó segura de sí misma, me gustaba verla así, feliz, segura y un tanto coqueta

-Entendido, enseguida se las traeré- dijo el garzón y se retiró con paso firme

-Gracias, sinceramente no tengo idea de lo que me gusta, así que espero que esto sí- Estaba realmente agradecida, era muy difícil para mi comer, conocía algunas comidas, pero no sabía si me gustaban o no

-De nada, estoy completamente segura de que te va a encantar- respondió con una sonrisa de oreja a oreja

Pasó un tiempo entre que el mesero había tomado nuestra orden y cuando la fue a entregar, ella se había dado la labor de pedir nuestra comida y nuestras bebidas. Nos había pedido la pizza y unos mojitos que estaban increíblemente deliciosos. Estaba muy sorprendida porque le había dado en el clavo con la comida.

-No tengo idea cómo lo lograste pero la comida estuvo deliciosa, me gustó muchísimo- añadí agradecida por tan asertiva decisión

-Prepárate para el postre, literalmente, no te lo tomes a mal- había comenzado la frase muy feliz y terminó muy apenada

-Tranquila, igualmente no había entendido- respondí y ella soltó una carcajada de alivio. Decidí comenzar una nueva conversación para que no se sintiera incómoda, finalmente esta cita era para eso, para conocernos

-¿Cómo nos conocemos tú y yo? ¿Desde cuándo?- añadí, con ansias de su respuesta

-Nos conocemos hace varios meses, sinceramente tuvimos algo, hermoso, único e inigualable- dijo cabizbaja

-¿Y por qué no me casé contigo?- pregunté y ella quedó perpleja con mi propuesta

-Bueno... porque hubieron algunos inconvenientes... Y tuvimos que separarnos, lamentablemente- respondió triste, muy triste y a la vez avergonzada

-¿Qué pasó?- pregunté y ella comenzó a sollozar, lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, su cuerpo se había comenzado a desvanecer, no me gustaba verla así, por lo que cambié de tema nuevamente

-¿Cómo nos conocimos?- Calle alzó la vista, sonrió levemente y secó sus lágrimas

-Fue realmente loco y lo digo completamente en serio, es una larga historia pero en resumen nos conocimos luego de una fiesta muy desenfrenada, yo me desperté al día siguiente con un dolor de cabeza impresionante y con un anillo en mi dedo. Apuesto a que no adivinas quién tenía el otro.

-¿Quién?- sonreí pícara, luego de esa historia claramente sabía que era yo, pero deseaba que ella exclamara mi nombre

-Obvio tú boba- respondió y soltó una risa ligera que finalizó con una sonrisa preciosa.

Me llamaban la atención los "inconvenientes" que habían surgido en nuestra relación, algo muy grave tendría que haber ocurrido para que yo decidiera terminar con semejante mujer

-No sé qué pasó entre tú y yo en el pasado pero me encantaría pasar más tiempo contigo- Ahí estaba yo, recién operada, luego de estar en riesgo vital, casada con una mujer que ni siquiera me parecía guapa, apenas recordando mi nombre. Con ansias de una relación con una extraña con la que había tenido una relación que había terminado por Dios sabe qué.

Ella me miró con lágrimas en los ojos, con mirada de enamorada y demasiado feliz como para explicarlo con palabras, pero a la vez con algo de culpabilidad, que me generaba cierta curiosidad. A pesar de severa propuesta no dijo nada, sólo acercó sus manos increíblemente suaves hasta las mías, como esperando que yo siguiera hablando.

-Sé que suena sacado de un libro o de alguna película pero luego de estar al borde de la muerte y de no haber dejado ninguna huella razonable en este mundo, la vida tiene mucho más valor, sólo debes arriesgarte y dejarte llevar. Y yo quiero arriesgarme contigo, sé que me encantas y que soy realmente afortunada de tenerte aquí conmigo y también sé que me importas lo suficiente como para tomar tu mano y no soltarla jamás- dije siendo lo más sincera posible, me consideraba una enamorada del amor y si debía arriesgarme para conseguir al amor de mi vida estaba completamente dispuesta a hacerlo

-A mi también me encantaría pasar más tiempo contigo, si bien, no te he contado lo que pasó, algún día te lo diré y espero que sigas pensando lo mismo, porque te necesito conmigo. La pasé muy mal al verte ahí llena de máquinas y al borde del abismo, te extrañé muchísimo y me encanta que tú también sientas lo mismo que yo- contestó y yo sonreí, sonreí como si me hubieran dado un premio millonario, porque aquella mujer al otro lado de la mesa valía millones, me sentía llena de felicidad como si pudiera conquistar el mundo entero.

El mesero llegó con nuestros postres, eran unos waffles con dulce de frambuesa que estaban realmente deliciosos, como hechos por los dioses, ambas estábamos felices con nuestra cena-cita. Nos fuimos felices del lugar, con una sonrisa que nos achinaba los ojos, el amor se podía ver a kilómetros de distancia, hasta que...

Boda EquivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora